El problema ya había sido descripto en mujeres con abortos recurrentes * Por
primera vez fue observado en pacientes con fallas implantatorias en técnicas de
fertilización asistida.
Las fallas en la implantación embrionaria luego de tratamientos de fertilización asistida pueden ser provocadas por alteraciones en la coagulación de la sangre —denominadas trombofilias— semejantes a las observadas en mujeres con antecedentes de abortos tempranos recurrentes. Un estudio sobre 600 pacientes, realizado por el departamento de Hematología de la Reproducción del Instituto Médico Halitus y publicado recientemente en la revista Medicina, detectó que alrededor del 80% de las pacientes con fallas en la implantación presentaba problemas de este tipo. “Las trombofilias son alteraciones que pueden afectar la irrigación de la placenta y provocar pérdidas embrionarias, muerte fetal, retardo en el crecimiento intrauterino, desprendimiento placentario y otros desórdenes graves. Los abortos espontáneos repetidos se presentan en alrededor del 2-3% de las mujeres en edad fértil y, en los últimos años, se había detectado que el 80% de estas mujeres presentaba trombofilias”, dijo el doctor Sergio Pasqualini, director del Instituto Halitus. Males silenciosos “En 1997 iniciamos un estudio paralelo: por un lado, tomamos a mujeres con aborto temprano recurrente y, por otro, a mujeres con falla reiterada en la implantación embrionaria en fertilización in vitro. Luego de tres años, detectamos perfiles de coagulación similares en ambos grupos”, explicó el doctor Sergio Pasqualini, director médico del Instituto Halitus. El 95% de las pacientes que consultan por problemas de reproducción no tiene antecedentes de trombosis. La mayoría de ellas es asintomática. |
“Sin embargo, la experiencia nos ha enseñado a detectar determinados factores frecuentes en mujeres con antecedentes de fallas reproductivas. Entre ellos se destacan las migrañas, el tabaquismo y los desequilibrios alimentarios. A veces, la paciente tiene antecedentes familiares de complicaciones gestacionales, enfermedad coronaria o trombosis; en estos casos, es importante investigar los marcadores de trombofilia hereditaria”, explicó la doctora Adriana Sarto, a cargo del departamento de Hematología de la Reproducción de la institución.
Marcadores indispensables
Las trombofilias pueden detectarse a través de un test de laboratorio.
“Comienza con una simple extracción de sangre de uno de los brazos. Luego se comprime el antebrazo contrario con un tensiómetro durante diez minutos y se extrae sangre de ese lado. Así se registra el tiempo que tarda el organismo en disolver los coágulos (mecanismo conocido como fibrinolisis), además de otras señales importantes para el diagnóstico”, dijo Sarto.
En los últimos años, diversos investigadores descubrieron que mujeres con fallas reiteradas en la implantación embrionaria por técnicas de fertilización in vitro tenían anticuerpos antifosfolipídicos en proporciones semejantes a las de las mujeres con abortos recurrentes, que oscilaban entre el 20 y el 30 por ciento. Estos anticuerpos producen alteraciones en la sangre que dificultan la irrigación hacia el endometrio y la placenta durante el embarazo.
“Sin embargo, nosotros encontramos como marcador preponderante la hipofibrinolisis (que tardan mucho en disolver los coágulos)”, agregó Sarto.
Según los investigadores, la detección de estos factores abre nuevas perspectivas para el uso de terapéuticas antitrombóticas que incrementen las posibilidades de lograr un embarazo.
Actualmente, las mujeres que han tenido abortos repetidos (y en las que se hallaron marcadores trombofílicos) pueden realizar tratamientos destinados a restablecer el equilibrio perdido en la coagulación y garantizar la adecuada irrigación en el sitio de implantación del embrión y una buena circulación placentaria.
“Y si las pérdidas han sido tempranas o se trata de fallas de implantación en reproducción asistida, el tratamiento se inicia en el ciclo de búsqueda del embarazo”, dijo el doctor Pasqualini.
Según el especialista, “con el tratamiento adecuado, la probabilidad de un embarazo exitoso supera el 85 por ciento”.