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Por: elargentino.com | 07/04/11

Adiós a una luchadora


Patricia Miccio descansa en el Jardín de Paz, donde la despidieron su pareja, Alberto Vijnovsky, sus dos hijos y decenas de amigos.

Cuántas veces, al informar de la muerte de una personalidad, se habla de “una larga enfermedad”, dejando librado el nombre a la imaginación del lector? La valentía de Patricia Miccio permitió que el miércoles 6 se anunciara su fallecimiento a raíz de cáncer de mama, un mal que afecta a entre 15 mil y 18 mil mujeres cada año. La ex modelo y conductora televisiva tuvo el coraje suficiente no sólo para enfrentar esa dolencia sino también para hablar del tema en entrevistas y en el libro que escribió en primera persona, Actitud y aceptación para enfrentar la enfermedad, con un mensaje que transmitió hasta último momento: “La manera en que se enfrenta el cáncer es determinante”; “los tratamientos son menos agresivos que hace 20 años” y “la vida continúa”.

El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer entre la población femenina, y cada año cobra 300 mil vidas en el mundo. Una de cada ocho mujeres contraerá esta enfermedad en algún momento de su vida y una de cada veinticinco morirá, a pesar de que, detectado a tiempo, es curable en más de un 90 por ciento. Miccio, que acababa de cumplir 56 años, recibió el diagnóstico hace casi doce años y decidió retirarse de la televisión –condujo durante varios años distintos programas en Utilísima Satelital– para enfrentar una cirugía y el tratamiento posterior.

Conocedora de que no todas las mujeres son conscientes de la necesidad de control preventivo, la bella conductora se sumó a las campañas informativas y de prevención. Es que las estadísticas indican que el 32 por ciento de las mujeres de entre 40 y 70 años nunca se hizo una mamografía, el estudio radiográfico primordial para detectar tumores e indicado para las mayores de 35 años, y las que sí lo realizan en forma periódica alcanzan apenas al 38 por ciento. Por eso se enojó cuando un medio gráfico publicó el año pasado una foto en la que se la veía desmejorada y con el típico pañuelo en la cabeza que suelen llevar quienes se someten a quimioterapia. “No por coquetería –aclaró–, sino por lo que genera esa imagen en una persona que tiene cáncer: miedo.”

El desarrollo de la enfermedad en Miccio fue atípico: se recuperó de la cirugía y la quimioterapia de tal manera, que consideró haber ganado una batalla. Pero el año pasado tuvo una recaída: que a diez años de la operación se produzca una metástasis o recidiva (cáncer en otro órgano o reaparición) es algo poco común y, en general, pasados los primeros cinco años los controles son uno por año.

Las insistentes campañas de difusión sobre los factores de riesgo se relacionan, según Juan Isetta, al frente del departamento de Patología Mamaria del Instituto Médico Halitus, con que “cuanto más temprano se diagnostique, mayores serán las chances para las pacientes”. El médico explicó que, si bien algunos factores no se pueden modificar, hay que prestarles atención al igual que aquellos que sí podemos cambiar. Entre los no modificables detalló: ser mayor de 40 años; tener antecedentes personales o familiares de cáncer de mama u ovario; las mutaciones genéticas y haber tenido una menarca precoz (menstruación antes de los 12 años) o una menopausia tardía (mayor de 55 años). Por otro lado, entre los modificables, mencionó: consumir más de una copa de alcohol diaria; sufrir de sobrepeso; concebir el primer hijo después de los 30 años o no tener hijos después de esa edad; usar terapia de reemplazo hormonal por más de 5 años; estrés y sedentarismo.

Las recomendaciones son autoexaminarse una vez por mes; un examen médico cada dos años entre los 20 y los 35 años, y anual o semestral después de esa edad. Además, una mamografía cada dos años entre los 35 y los 40 años, y luego, una por año.

Patricia Miccio descansa en el Jardín de Paz, de Pilar, donde la despidieron su pareja, Alberto Vijnovsky, sus dos hijos y decenas de amigos, entre otros Teté Coustarot, Teresa Calandra, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Karina Rabolini y su marido, Daniel Scioli, y Laurencio Adot. Queda en el recuerdo su mensaje de alerta para que todas las mujeres tomen conciencia de la prevención, y para aquellas que sufren cáncer de mama, la permanente esperanza.

Fuente: elargentino.com