Por eso, lo mejor es que un profesional nos conteste todos estos interrogantes. El doctor Ignacio Pérez Tomasone, del departamento de obstetricia de Halitus Instituto Médico nos ayudó a despejar todas las dudas. «La actividad beneficia al embarazo en un mejor control del peso, disminuyendo el tejido graso, favoreciendo al sistema circulatorio, a la postura, al tono muscular y a la relajación. Es decir que gracias a ella el embarazo y la recuperación son mucho mejores», asegura.
«Claro que pueden continuar, aunque va a depender de la intensidad y del tipo de actividad física que elijan».
«No hay por qué suprimir ni dejar, mucho menos para aquella mujer que ya venía realizando alguna actividad física. Siempre hay que reparar en el tipo de ejercicio. Lo indicado es evitar las actividades de alto impacto, de mucha carga o las que se realicen sobre superficies duras. Otra variable a tener en cuenta es el equilibrio. Se tienen que obviar las actividades que pongan el riesgo la estabilidad. En reglas generales, el ejercicio físico es beneficioso».
«Una vez nacido el niño dependerá de si fue un parto natural o por cesárea. En ambos casos, lo mejor es evitar la actividad física durante los primeros días siguientes al nacimiento. Finalizado el puerperio se puede retomar; aunque en el caso de haber tenido una cesárea se debería esperar alrededor de un mes o lo que el médico indique».
Las mujeres que nunca hicieron ninguna actividad, ¿pueden comenzar con alguna para no perder la línea?
«Como dijimos, siempre es beneficioso realizar alguna actividad física. Para quien nunca la hizo deberá tener en cuenta el tipo de actividad, el ritmo y la frecuencia. Las más recomendadas son: caminar, andar en bicicleta y nadar. Respecto de la frecuencia, lo ideal es de 3 a 4 veces por semana, a un ritmo de 20 a 40 minutos diarios. Es decir, hay que comenzar de a poco».
«Es necesario hacer un precalentamiento y una elongación antes de comenzar y al finalizar el entrenamiento. Otra premisa importante es utilizar la ropa y el calzado adecuados (es decir, no salir a correr en hojotas). Además, acompañarlo con una buena alimentación e hidratación abundante. No se debe sobrexigir el cuerpo, en particular las que vienen de una vida totalmente sendentaria».
«Eso depende de cómo venga el embarazo. Se debe suspender la actividad y consultar con el médico en caso de dolores abdominales, sangrado o perdidas de líquido; estos son todos factores de alarma. También está contraindicado en situaciones particulares como una enfermedad de base, en las que está prescripto reposo parcial o absoluto. Es decir, en los embarazos de alto riesgo está prohibido. Pero lo más importante es que siempre deben consultar o poner al tanto al médico antes de comenzar con cualquier plan de actividad física».