Si una mujer no padece de alteraciones musculares, vasculares o del sistema nervioso, ni toma medicamentos que pueden afectarla sexualmente, la falta de orgasmo generalmente se produce por desinformación, por falta de autoconocimiento y experiencia, por cuestiones emocionales o por fallas en la técnica sexual.
Una consulta sexológica de orientación a tiempo, puede determinar la diferencia entre padecer una sexualidad insatisfactoria y frustrante durante años ó disfrutar de la energía y la creatividad que brinda una sexualidad plena y realista.
A pesar de que existe una apertura nunca vista antes, en cuanto al modo en que las personas hablan libremente sobre su intimidad, todavía hay mujeres que simulan sus orgasmos porque no se atreven a plantearle la dificultad a su compañero.
Generalmente se trata de mujeres que presentan esta situación con cierta frecuencia y están tan preocupadas o asustadas que sufren un bloqueo a nivel cognitivo y emocional que deriva con el tiempo en disminución del deseo y desinterés sexual.
Lo curioso del caso es que, en lugar de concurrir a una consulta sexológica, que les daría la oportunidad de entender donde está el problema y de resolverlo rápidamente, se lo guardan, no atinan a buscar soluciones y, lo que es peor, se sienten culpables frente a sí mismas y frente al compañero, ya que sienten que lo están engañando.
Hoy en día, en que la moderna sexología clínica cuenta con tantos recursos para ayudar a las personas a disfrutar de una sexualidad saludable y plena, no tiene sentido encerrarse sola con el problema.
Las mujeres que padecen anorgasmia tienen que saber que no son «casos raros», que este problema existe y que, cuando las relaciones son ocasionales el porcentaje de mujeres que lo padece es mucho mayor.
¿Qué hacer para no fingir orgasmos? Un enfoque diferente
· Simular no soluciona nada y perpetúa el problema.
· Entender que la función sexual, como cualquiera otra de nuestro organismo, puede presentar alteraciones ó dis-funciones.
· Se lo puede mencionar como un «accidente» que ha surgido de modo ocasional. Sin buscar culpables se lo comparte con la pareja ó compañero sexual para que juntos busquen alternativas de solución. Imaginen que el problema fuera de otra índole y como compañeros, deberían solidarizarse.
· Plantearlo como un juego de roles invertidos: ¿qué me propondrías hacer ó como podría ayudarte si en lugar de sucederme a mí, te sucediera a vos?
· ¿Y si investigamos en Internet ó consultamos a un/a sexólogo/a?
El tratamiento sexológico usualmente es breve y sencillo y no necesitan concurrir a las consultas acompañadas con la pareja, de modo que, no hay nada que temer ni que arriesgar.
Por la Dra. Beatriz Literat, médica sexóloga clínica de Halitus