Posteriormente la suerte nos llevó frente a la Dra. Andrea Marazzi con la que tuvimos la dicha de comenzar los tratamientos de fertilidad. Primero hicimos cuatro inseminaciones sin resultado positivo y luego un ICSI. De los tres embriones que se formaron y que se transfirieron sólo se prendió uno, que es hoy nuestra hermosa hija María Victoria que nació el 7 de junio de 2003.
En la Dra. Marazzi encontramos una excelente persona, con una enorme capacidad para lo que hace y a la vez una gran humildad. Nosotros necesitábamos alguien que no sólo fuera un buen profesional, sino que también supiera escuchar al paciente y que no lo subestimara, que fuera capaz de transmitirnos la tranquilidad necesaria para ponernos en sus manos.
Necesitábamos que al principio nos explicara todo para no dejarnos llenos de interrogantes. Con Andrea logramos justamente ese «feedback», al punto de no tener que preguntar nada, sabiendo que no teníamos que preocuparnos porque ya estaba ella que se ocupaba.
A los demás pacientes que puedan estar pasando por esto les decimos que no bajen los brazos, que sean constantes, que no pierdan tiempo, que busquen al profesional con el que se encuentren bien, que no se desesperen y, por último, que ¡vale la pena el esfuerzo!
Lucrecia Serrat y Federico Villalba Díaz