Queremos agradecerle al Dr. Pasqualini y a todo el equipo que conforman vuestro Instituto la atención recibida, el profesionalismo, la practicidad y el sentido común con el que se desenvuelven, haciendo posible y más llevadero el acceso a tratamientos para gente del interior del país como nosotros.
Por otro lado, le queremos pedir como pareja receptora de óvulos, que de alguna manera le hagan saber a las donantes la inmensidad y grandeza de su gesto de solidaridad, de la felicidad que generan convirtiendo una pareja en «una familia» haciendo realidad el sueño de la llegada de un hijo y, a aquellas parejas que están en la duda sobre acceder o no a un tratamiento de ovodonación, que cuando nos convertimos en padres y tenemos a esa criaturita en nuestros brazos, en ningún momento se te cruza por la mente cuestionarte si tiene o no tu mismo ADN.
Con todo cariño,
G y L.
Río Cuarto, 10 de noviembre de 2003.