En el año 2001 perdimos a nuestra hija Nazarena, de casi tres años de edad, en un accidente automovilístico.
El embarazo de Naza fue totalmente natural. Pero luego de haberla perdido, no quedo embarazada, por causas, quizá, seguramente psicológicas.
Nos hicimos una inseminación artificial y tuvimos un intento de adopción con resultados muy frustrantes.
Ahora estamos contactados con Halitus y no sé porqué, al leer hoy los testimonios de otros pacientes, tuve ganas de transmitir la esperanza y fe que me surgieron, al leer casos, si bien no parecidos al nuestro, pero sí semejantes en el dolor de no poder dar amor a lo más grande que puede tener un ser humano: UN HIJO.
Nuestra hija, está iluminando nuestra decisión. Confiamos en Halitus y creemos que esta vez podremos darle un hermano a Nazarena y nosotros podremos volver a sentir felicidad.
Juan y Marina Moretti