Nos invadió la incertidumbre.. “no quedo embarazada pero tenemos todo bien, no existe una causa, no hay un por qué”.
Tuvimos nuestra primera inseminacion en la cual quedo embarazada y a los pocos días lo pierdo. Meses después volvimos a intentarlo, tuve hiper estimulación y no se pudo concretar el tratamiento.
Volvimos a intentarlo pero resultó fallido.
Luego de un año y medio de intentos decidimos tomarnos un descanso.. en este transcurso de tiempo, me aconsejan realizarme un estudio de trombofilia (debido a que ya había perdido dos embarazos). Al hacerlo, obtengo un diagnóstico “trombofilia adquirida”.
Enseguida me contacto con una medica especialista en trombofilia y a la vez decidimos hacer una consulta en la clínica Halitus ya que los anteriores tratamientos los hicimos en otro lugar y tuvimos malas experiencias en cuanto al acompañamiento y decisiones que tomaron los médicos.
Llegamos a Buenos Aires, ingresamos a la clinica y mi primer pensamiento fue “hasta el guardia de la entrada es amable” . Con solo ingresar por primera vez, sentimos que era el lugar indicado.
En la sala de espera había monitores en los que se mostraban diferentes historias y cada vez que iba deseaba que algún día nosotros podamos contar nuestro camino hasta lograrlo.
Tuvimos la primer consulta con la Dra. Tomatis, UN AMOR,super profesional y humana.
Debido a nuestro historial clínico, decidimos realizar In Vitro.
Y así, comenzó nuestro paso por Halitus. Un nuevo intento, nuevas esperanzas.
Cada paso del tratamiento por In Vitro nos generó una mezcla de emoción, miedo y ansiedad. Cada informe de cómo iban avanzando nuestros embriones nos hacia poner piel de gallina.
Y así fue como 6 días después de fecundar los óvulos, me colocaron el más fuerte.
Días después, obtenemos la noticia más esperada: estaba embarazada.
Pero como no era la primera vez que lo estaba y ya había tenido desenlaces tristes, lo tomamos con mucha calma.
Esta vez fue diferente, tenia al mejor equipo de médicos en Halitus y a la vez estaba muy acompañada e informada por la medica de trombofilia y el obstetra de mi ciudad.
Y así fueron pasando los días, las semanas y los meses. En cada inyección de heparina que me daba, sentía que era un pasito más para lograr nuestro mayor deseo.
El 10.10.23 a las 00:15 hs con 37 semanas y un día de gestación, nació nuestro pequeño gran Salvador.
Hoy, con los ojos llenos de lagrimas de emoción nos veo convertidos en padres 💓
Sin dudas, sigo sosteniendo que cumple sus sueños quien resiste.
Alana Piñel