Hace un par de días, de casualidad, me encontré con el doctor PASQUALINI, en el microcentro. Lo pare, lo salude, y después de intercambiar algunas palabras, me dijo sino me animaba a contar nuestra historia, si, la de Bárbara y la mía.
Porque no?, pensé.
Y, bueno, acá estoy, recordando el mes de febrero de 2013. Cuando fuimos los dos a Halitus. El destino quiso que nuestra médica sea Florencia INCIARTE, y su ayudante -en aquel entonces- la incondicional Eva RODRIGUEZ PASO. Y todas las hermosas e incansables nurses, que siempre, pero siempre, estaban al lado de uno, para lo que sea.
Empezamos un camino, largo, sinuoso, lleno de incertidumbre, pero siempre acompañados por el maravilloso grupo de personas y profesionales.
Barbara, con 42 años fue estimulada, y tuvo un síndrome de hiperestimulación ovárica. Lo que significo, ir cada 48 hs. a Halitus a que le saquen líquido, y estar internada en el Hospital Británico durante 5 días. Fue un caso bastante peculiar, porque -segun los profesionales- a los 42 años no había antecedentes de padecer ese síndrome. Es por eso, que Barbara era un caso de estudio. Ergo, en el instituto la conocían todos.
Antes de la internación, había sido transferida. Eran 3 embriones. Luego, solo importaba la salud de Barbara, el embarazo había pasado a un segundo plano.
Y, había quedado un embrión congelado más. Creo que era tipo B1, o algo por el estilo.
De alta, nuevamente en casa, Barbara se hizo un análisis de sangre, de rigor, en atención a que había sido transferida.
Recuerdo que, al salir del Británico, se acerco una médica muy joven y, me dijo -Mira , te digo algo, yo no se, pero fíjate porque tu mujer tiene un índice de 7 (índice hormonal que te miden para saber si estas embarazada, creo que tiene que dar, en principio, más de 5). Yo no se, me refirió, pero vos contale ese detalle a Flor.
Se lo conte solamente a Eva, a nadie más, ni a Barbara.
y Una tarde, recuerdo, que estaba en el trabajo, y recibo una llamada de Barbara.
Atiendo y me cuenta, me acaban de llamar de Halitus, eran 15, entre médicas y nurses a los gritos, riendo llorando de emoción y todas juntas me dijeron que habían recibido el resultado del análisis de sangre y si, el milagro había sucedido.
Bárbara, estaba embaraza, pese a la mala calidad de mi esperma, pese a la trombofilia de ella, pese a la hiperestimulación, pese a la internación, pese a los desmayos, pese a todo, estaba realmente EMBARAZADA.
la Felicidad era tal, que no se podía ponderar de ninguna manera. Y comenzaba una nueva etapa. Con otros profesionales. Y sí, como era de esperar, siguieron apareciendo hermosas personas en nuestro camino. El obstetra, PEREZ TOMASONE, y la ecografa GALATI, verdolaga como yo.
Nos siguieron, guiando, cuidando, mimando, conteniendo.
Porque, les cuento, que aún habiendo quedada embarazada, quedaba muchooooo tratamiento.
Una vez, en un intercambio de ideas, cuando los resultados se complicaban, al principio, INCIARTE, me miró y me dijo: Mira, querido, esto es un camino muy largo, y el tratamiento no termina hasta que el bebe, esta en la cuna.
Fue la frase, mas cruda, honesta, real y mejor dicha que, hasta ahora un profesional me dijo en la cara. Así es Halitus, hasta el ultimo momento están con vos.
Al tener trombofilia, Barbara, durante los nueves meses de embarazo, día tras día, tuvo que inyectarse en la panza Clexane (HEPARINA).
Y un día, al comenzar el mes de febrero de 2014, nació ROCCO.
Y fue maravilloso y no quedó ahí. Recuerdan que les dije que había quedado un embrión congelado, bueno, para el 2015 volvimos a por él.
De entrada fue, así, hay que esperar que: al descongelarlo, viva.
Luego, si vive, hay que esperar como evoluciona.
Luego hay que transferirlo y, por último esperar si «prende».
Y …… todo comenzó de vuelta. Pero, ahora, debo decirles que Milo, fue descongelado, aguantó, fue transferido, prendió, creció y NACIOOOOOOOO.
ES UNA HISTORIA FELIZ, en atención a que, como tales, termina como uno quiere y sueña que termine, Pero la diferencia que gracias al doctor PASCUALINI y todos los hacedores de sueños que día a día trabajan en el instituto, esta HISTORIA NO TERMINO, SINO QUE… RECIEN COMIENZA.
Gracias a todas y a todos los profesionales que nos han atendido, cuidado, mimado, retado y han llorado de felicidad con nosotros. Creo que, más que Barbara y yo, los agradecidos son ROCCO y MILO ,
Nunca nos olvidaremos de ustedes. Son parte importante en nuestra historia.
Nombre del autor: MARIANO DI GIUSEPPE