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Al llegar a Halitus supimos que era “el lugar”


Nos conocimos trabajando en Capital Federal, pero nuestro breve noviazgo de 10 meses comenzó en San Bernardo.

Ya por aquellos días soñábamos con tener un hijo e incluso habíamos elegido su nombre: Sol.
Pareja rara la nuestra, típicos solterones, todos apostaban al fracaso, pero contra viento y marea, seguimos adelante.
Rápidamente llegó el día de formalizar nuestra relación por civil e iglesia, todo el mismo día, por la mañana en Ramos Mejía y por la noche en la ciudad de San Miguel del Monte. Llegamos a la iglesia en un carruaje antiguo y sólo acompañados por un puñado de familiares y amigos. Monseñor Parodi bendijo nuestro amor, todo transcurría bajo una lluvia torrencial que no paró en todo el día…
Durante el primer año de casados no nos cuidamos. Para la familia fue un año muy duro ya que perdimos a varios seres queridos, pero entre penas y alegrías disfrutábamos nuestro amor, hacíamos turismo de cabotaje y siempre soñando.
Las sospechas de que algo no funcionaba eran cada vez más fuertes. Decidimos hacernos estudios, que nos demostraron que Osvaldo padecía de oligozpermia severa. Dolor, tristeza, llanto. Nada nos detuvo y averiguando, supimos que en estos casos se aplica el tratamiento llamado ICSI.
No podíamos perder tiempo ya que mi edad, 40 años, jugaba en contra. Fuimos a varios institutos y hospitales y finalmente en el Hospital de Clínicas nos vincularon con el Dr Pasqualini y su instituto.
Al llegar a Halitus supimos que “ese era el lugar”. La primera consulta fue con el andrólogo, que nos llenó de optimismo para continuar, y así completamos los estudios que hacían falta hasta entrar de lleno en la estimulación ovárica.
Llegó el día de la aspiración de los ovocitos. El Dr Pasqualini y su equipo hicieron de aquel momento algo totalmente llevadero y hasta diría grato.
Previamente a esto, el laboratorio procesó la muestra de semen de mi esposo con muy escaso resultado, solicitándonos en lo posible una muestra más.
A los pocos días esperábamos el llamado clave del laboratorio. ¡La respuesta era positiva ya que se habían formado dos embriones! No lo podíamos creer, nuestro sueño estaba cada vez más cerca de cumplirse.
El día 15 de agosto de 1998 me transfirieron los dos embriones en un procedimiento muy rápido e indoloro. También los pude ver en la pantalla dentro mío.
¡¡¡QUE FELICIDAD!!!!
Creo que a las dos semanas el análisis de embarazo dio positivo, pero sólo había prendido un embrión, que luego nació bajo el nombre de Sol el día 10 de abril de 1999.

Osvaldo, Graciela y Sol
10 de abril de 1999