Llamamos flujo vaginal anormal cuando difiere del patrón habitual, que es a su vez variable. Se considera flujo normal cuando es un fluido blanco o transparente, casi inodoro y no es mayor a 1-4ml. A veces, por distintas causas, el flujo puede sufrir alteraciones que merecen una consulta.
Entre las que se presentan con mayor frecuencia se encuentran: la vulvovaginitis, el uso de geles, jabones o cremas, algunos medicamentos -como antibióticos- o la atrofia de la mucosa en pacientes post menopáusicas. Hay que estar atenta en caso que aumente en cantidad, si tiene distinto color, feo olor o si la mujer presenta síntomas como picazón, ardor, enrojecimiento de la zona vulvar, dolor al tener relaciones o al orinar.