Además de la Bulimia y la Anorexia se destacan la:
Vigorexia: es un trastorno caracterizado por la preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal. Aunque los hombres son los principales afectados por la vigorexia, es una enfermedad que también afecta a las mujeres. Implica una adicción a la actividad física (especialmente a la musculación) y una dieta no balanceada (con un alto aporte de proteínas).
Megarexia: es un concepto relativamente nuevo, opuesto a la anorexia, que agrupa a las personas obesas que no consideran su peso corporal como un problema para su salud. Por el contrario, lo consideran sinónimo de fuerza y vitalidad. Sus platos son abundantes y compuestos por alimentos poco saludables y de bajo valor nutritivo, por lo cual, a pesar de tener sobrepeso u obesidad, se encuentran malnutridas.
Pregorexia: se da en mujeres embarazadas que no comen lo suficiente, incluso realizando dietas restrictivas sin supervisión de un licenciado en nutrición y siguen una rutina de ejercicios intensos para no subir de peso. Las mujeres que lo padecen suelen ser anoréxicas previamente o puede darse por primera vez durante el embarazo (de forma menos frecuente). Es caracterizado por un miedo al cambio de su forma corporal durante los nueve meses y el temor a no volver a su silueta, pasada la gestación. Si el trastorno se presenta durante el embarazo puede afectar no sólo la salud de la mujer sino también la del bebé por nacer porque puede causar bajo peso al nacer, abortos y defectos de nacimiento.
La Obesidad y el Sobrepeso también se consideran trastornos de la alimentación.
¿Cómo pueden afectar los trastornos de alimentación la fertilidad?
Los trastornos de la alimentación son enfermedades psicológicas y médicas que pueden afectar la salud reproductiva. El sistema reproductivo es muy sensible al estrés fisiológico que causa este tipo de trastornos.
Cerca del 40% de los problemas de fertilidad femeninos de mujeres que han padecido desórdenes alimentarios se dividen en amenorrea, oligomenorrea y anovulación relacionados con desórdenes hormonales, irregularidades menstruales y dificultades emocionales.
Una alimentación balanceada y completa, que se refleje en un peso corporal saludable, es muy influyente sobre la fertilidad. El peso corporal, principalmente el contenido de grasa corporal, afecta hormonal y metabólicamente diferentes aspectos de la salud en general y de la reproducción en particular.
Además, la calidad de la alimentación consumida, se refleja en la reserva de nutrientes de los cuales el cuerpo dispone para que los sistemas reproductivos trabajen correctamente.
Los trastornos alimentarios menores, es decir, sin llevar a los extremos de la anorexia, bulimia u obesidad mórbida pueden llevar a una alteración de la fertilidad por afectar la armonía interna que es la que va a permitir la producción del óvulo, la ovulación y hasta la calidad del óvulo en la mujer y los espermatozoides en el hombre. La alimentación debe ser balanceada ya que hay una relación estrecha entre alimentación y fertilidad. Muchas veces un sobrepeso incluso leve o un peso por debajo del nivel deseado, pueden interferir en el logro de un embarazo, y en ocasiones alteraciones más importantes pueden no hacerlo. Es decir, va a depender de la sensibilidad de cada uno. Cabe destacar que el sobrepeso no sólo pueden dificultar el logro del embarazo sino que una vez embarazada, la mujer aumenta el riesgo de sufrir otras alteraciones durante le embarazo como hipertensión o diabetes gestacional.
¿Cómo se tratan los trastornos de alimentación?
En nuestro instituto abordamos estas temáticas con un equipo interdisciplinario que permite resolverlas desde cada una de las causas que las provocan. Es importante el rol de la nutricionista, de la psicóloga, de nuestro equipo relacionado al programa mente cuerpo y de todos aquellos involucrados para lograr que mujer llegue al momento de la búsqueda bien preparada.
La rehabilitación nutricional debe estar constituida por un plan de alimentación equilibrado, con las proporciones normales de proteínas, grasas y carbohidratos, así como de vitaminas y minerales.