Las vulvovaginitis más frecuentes, que representan el 90% del total, son las candidiasis, vaginosis bacteriana y tricomoniasis.
Se diagnostican según las características del flujo y los síntomas que generan, también mediante microscopía y cultivo de flujo en algunos casos. El tratamiento dependerá de la causa, y en general consiste en medidas locales como óvulos y cremas y, en algunos casos, medicación vía oral.
Es muy importante no automedicarse y consultar cuando aparecen los síntomas.