Existen tantos tratamientos como dolencias en las pacientes y los actuales enfoques interdisciplinarios promueven una ágil dinámica de diagnóstico y resultados más eficaces. Muchas mujeres desconocen la posibilidad de mejorar su confort sexual y pasan años soportando dolor y malestar porque creen que no tiene solución, porque piensan que este tipo de padecimiento es parte de la normalidad, o por considerar que su trastorno no es una prioridad en el cuidado de su salud.
Sin embargo, la medicina sexual moderna revela la estrecha relación que existe entre los aspectos psicológicos, biológicos y sociales de la salud sexual y ginecológica, de tal modo que, cuando estos problemas que afectan tanto su cotidianidad se resuelven, la vida de esa mujer mejora de manera significativa.
«Los trastornos son funcionales cuando lo que está alterada es la función y no la anatomía. No obstante, cuando la anatomía es la que está alterada, aunque no sea demasiado notoria o molesta, puede generar tanta preocupación y estrés en la mujer, que la función también termina comprometiéndose y llega a influir de manera negativa en su actividad social y laboral», explican Beatriz Literat (MN: 50294) y Emiliano Labate (MN 136.432), doctores del departamento de Salud Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico.
«Situaciones como la alteración de la anatomía vaginal y vulva, cicatrices post parto, o envejecimiento de los tejidos del aparato genital con pérdida del tono y de la elasticidad, tienen un amplio rango de soluciones posibles, no quirúrgicas, que se realizan en el consultorio y tienen gran eficacia», aclaran, y nombran cuáles son los tratamientos que se puede realizar:
«Estos procedimientos, potenciados por un tratamiento sexológico orientado al objetivo específico, garantizan resultados notables, duraderos y un estado de plenitud en las mujeres, no importa en qué década de la vida se encuentren», detallan los doctores.