“La obesidad y el sobrepeso son una de las mayores limitaciones a la hora del disfrute en el momento de un encuentro sexual”, afirma el doctor en psicología e investigador Flavio Calvo. Sus palabras interpelan, ni más ni menos, que a seis de cada diez argentinos.
Según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) por autorreporte fue del 61,6%. En el análisis antropométrico, usando peso y talla medidas en el domicilio, el resultado fue aún mayor: 66,1%.
Para muchas personas con exceso de peso, opina Calvo, el sexo deja de ser un lugar de disfrute para convertirse en un examen, una prueba de calidad.
“Se hace difícil mostrarse ante otros desnudos. Difícil hacerlo con la luz encendida. Hay que tener sumo cuidado al elegir las posiciones, lidiar con la agitación y el sudor extra, el cansancio que muchas veces producen las propias expectativas frustradas”, apunta el psicólogo.
Para abordar el tema, Clarín convocó a varios expertos en sexualidad y salud mental. Todos coinciden en que, si bien es cierto que existen algunos obstáculos -vinculados por lo general con la autoestima– también es posible romper los estereotipos y disfrutar libremente.
“Las limitaciones son más mentales que físicas”, comenta Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo. Y señala que la aceptación del físico, sin importar el peso corporal, es el primer paso para alimentar la estima.
Considera que la obesidad no debe ser condición para limitar los comportamientos sexoafectivos. Por el contrario, es adaptar el cuerpo a los movimientos y las potencialidades personales.
“Tener cuerpos delgados no es garantía de flexibilidad y extraversión. Mucha gente repite acciones eróticas porque les da seguridad hacer lo de siempre, sin animarse a nuevas prácticas. Importa la actitud libre frente a la sexualidad y no las determinaciones corporales”, completa Ghedin.
Según el especialista, la conexión erótica es un conjunto de líneas de atracción que incluyen al movimiento, los sonidos, los estados afectivos, los cambios de poses y las fantasías, entre otras cosas. El cuerpo es solo una parte.
Para Beatriz Literat, sexóloga y ginecóloga del departamento de medicina sexual de Halitus Instituto Médico, es importante no hacer generalizaciones. No es lo mismo un sobrepeso moderado que una obesidad mórbida. Ni la obesidad por sí sola que sumada a otras enfermedades crónicas.
Entonces cabe preguntarse cuál es la diferencia entre sobrepeso y obesidad. Para identificarlos en adultos, se usa un indicador llamado índice de masa corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
En el caso de los adultos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define al sobrepeso como un IMC igual o superior a 25 y a la obesidad como un IMC igual o superior a 30.
«En cada una de estas situaciones puede o no haber un compromiso, de mayor o menor magnitud, entre los aspectos biológicos y el impacto que producen en los pacientes y en sus parejas», analiza Literat.
La edad en que aparece el cuadro de obesidad, si las personas tienen o no una pareja estable, si ya han cumplido con metas importantes en sus vidas y hasta el vínculo que establecen con sus médicos pueden influir en su forma de encarar la vida sexual.
Los anima a explorar posibilidades que no habían considerado y que están fuera de la visión estereotipada de lo que se considera una práctica sexual tradicional.
También considera muy importante tener la orientación de un especialista en sexología, quien indicará un tratamiento en caso de que haya algún trastorno o disfunción sexual. Además, podrá ampliar sus conocimientos a través de una terapia sexual, solo o en pareja.
«Las posibilidades de desarrollar una intimidad plena no dependen solamente de los kilos, sino de cómo nuestro cerebro procesa las situaciones y de la capacidad que tenemos para gestionarlas. Esto puede ser estimulado durante una terapia sexual», cierra Literat.
La psicóloga y sexóloga Mariana Kersz comparte varios consejos para eliminar prejuicios y poder gozar con libertad: