En el caso de las personas transgénero, esta alternativa cobra mayor relevancia puesto que puede garantizar el derecho de concebir ya que los tratamientos médicos utilizados para la transición del sexo asignado al nacer hacia el género autopercibido, pueden afectar la fertilidad.
Ante esta posibilidad, es primordial que el equipo de salud que acompaña estos cambios dé a conocer en el momento indicado las consecuencias de estos procedimientos en la salud reproductiva y las opciones para preservar la fertilidad, entrelazando vínculos con profesionales especialistas en la materia.
Estudios recientes advierten sobre esta situación y dan cuenta de la importancia de proveer un cuidado individualizado para los deseos reproductivos de cada persona. Particularmente en las personas trans, quienes tuvieron este asesoramiento en la consulta médica, expresaron una experiencia positiva atravesando el proceso.
Efectos del tratamiento hormonal y quirúrgico sobre la fertilidad
Los tratamientos hormonales de reafirmación de género son utilizados para reducir las características secundarias del sexo biológico y desarrollar las del género de destino. Para la terapia feminizante se utiliza estrógenos, antiandrógenos y agonistas de la GnRH; mientras que la terapia masculizante está conformada por testosterona y agonistas de la GnRH.
En ambos casos, las evidencias actuales indican un impacto negativo en la fertilidad futura, atento a que pueden afectar la producción de espermatozoides y la maduración ovocitaria –respectivamente-, además de causar alteraciones en el aspecto de los testículos y anomalías en los ovarios.