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Por: MDZOL | 11/11/24

Por qué es importante el apoyo psicológico en el camino de la infertilidad


El 10 de octubre celebramos el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia del bienestar emocional en diversas áreas de nuestra vida.

La infertilidad se presenta como un desafío que no solo afecta al cuerpo, sino que también tiene un impacto profundo en la mente y las emociones de quienes lo viven. La infertilidad, que afecta aproximadamente al 15% de la población, no es únicamente un problema biológico, sino que está entrelazada con aspectos psicológicos, sociales y culturales.

Si bien los avances en la ciencia han permitido que muchas parejas cumplan el sueño de ser padres a través de la reproducción asistida, es fundamental destacar el papel clave que el apoyo psicológico tiene en el éxito de estos tratamientos. La infertilidad genera una carga emocional que varía de persona a persona y, muchas veces, de miembro a miembro en una pareja. Las emociones que emergen: tristeza, miedo, frustración y ansiedad, necesitan ser procesadas para facilitar el camino hacia la aceptación de las indicaciones médicas y la toma de decisiones conjuntas.

Es común que las personas que atraviesan un proceso de reproducción asistida vivan etapas de duelo: el duelo por la expectativa de una concepción natural, por la pérdida de un embarazo fallido o incluso por los cambios que implica recurrir a donantes o gestantes. En este contexto, es de suma importancia a labor del profesional de salud mental ya que ofrece un espacio seguro para la expresión emocional y la elaboración de estos duelos. Además, promueve el fortalecimiento del vínculo y la comunicación en la pareja, para generar estrategias y llegar a acuerdos que permitan avanzar en el tratamiento desde una base emocionalmente sólida.

Cada individuo enfrenta la infertilidad de manera diferente. No siempre la pareja comparte las mismas emociones o posiciones frente al diagnóstico o el tratamiento. Aquí es donde se hace imprescindible la intervención psicológica, tanto a nivel individual como de pareja, para abordar las particularidades de cada caso.

Las consultas híbridas, que combinan sesiones individuales con sesiones en pareja, permiten trabajar las necesidades y emociones de cada uno, brindando la posibilidad de narrar la historia reproductiva personal y las creencias que influyen en el presente. A veces las expectativas familiares, los mitos sobre la fertilidad y las presiones sociales sobre la maternidad y la paternidad afectan la forma en que una persona aborda la infertilidad. Desafiar estas creencias, temores y fantasías y ofrecer una nueva perspectiva, es esencial para desbloquear la resistencia al tratamiento y potenciar la capacidad de una persona de abrirse a nuevas formas de concebir la vida y la familia.

Un apoyo integral en todo el proceso es clave. El acompañamiento psicológico no solo está destinado a las personas que buscan ser padres, sino también a quienes, desde otro rol, participan en los procesos de reproducción asistida, como los donantes o las gestantes. Estas personas, aunque no enfrentan la infertilidad desde la carencia, también requieren de un espacio de contención y evaluación emocional para asegurar que cuentan con los recursos internos necesarios para ofrecer su ayuda en este proceso tan delicado.

En este sentido, el rol del psicólogo es ayudar a gestionar expectativas, emociones y limitaciones, tanto en los pacientes como en los colaboradores del proceso reproductivo. No debemos olvidar que la infertilidad no solo cuestiona la identidad sexual y social de la persona, al desafiar los roles tradicionales de maternidad y paternidad, sino que también puede generar una sensación de aislamiento social al salirse de lo normativamente esperado en cuanto a la procreación.

En este Día Mundial de la Salud Mental, es importante recordar que la infertilidad es un proceso que impacta no solo en el cuerpo, sino también en la mente. La intervención psicológica en la reproducción asistida brinda a las personas el apoyo emocional necesario para enfrentar los desafíos de este camino. A través de la terapia, se ofrecen herramientas para gestionar el duelo, potenciar la comunicación en la pareja y elaborar estrategias de afrontamiento que permitan transitar el tratamiento de manera más saludable. La reproducción asistida es una opción, pero no la única, y es vital que quienes atraviesan este proceso lo hagan acompañados, no solo por especialistas médicos, sino también por profesionales de la salud mental, que los ayuden a encontrar su propio camino hacia la plenitud.


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