“Nos vemos en unos días”. Bajo esa premisa y con imágenes del sanatorio donde recientemente tuvo a su bebé Carolina «Pampita» Ardohain se despidió por unos días de sus seguidores en Instagram, de cara a la llegada de su quinta hija, la primera con su marido, Roberto García Moritán.
Carolina Ardohain tiene 43 años y ya es madre de Bautista, Beltrán y Benicio, fruto de su relación con Benjamín Vicuña. La primera hija de la pareja, Blanca, murió a en 2012 a los seis años como consecuencia de una neumonía hemorrágica provocada por una bacteria.
El 18 de enero pasado Pampita anunció su embarazo en sus redes sociales y dijo: “Dios nos mandó el regalo que soñábamos. Ella ya nos tiene locos de amor”. Sin develar el nombre, la modelo y conductora se refiere a ella como su “bebita”.
“Cuando una mujer de 40 años consulta para quedar embarazada se le realizan estudios tendientes a evaluar la reserva ovárica desde el punto de vista reproductivo, así como una evaluación clínica general para asegurarse de que su organismo está en condiciones de llevar la sobrecarga que implica un embarazo”, dijo a Clarín el doctor Sergio Pasqualini, ginecólogo especialista en fertilidad y director científico de Halitus Instituto.
El médico añadió que “la fertilidad tiene su pico a los 25 años, desciende lento a partir de los 30, más acentuado luego de los 35 y rápidamente luego de los 40”. Por eso, explicó, “ya sea natural o por in vitro, a esta edad el mayor riesgo es no lograr el embarazo. Luego, si se logra, es probable que se detenga antes de los 3 meses; y luego está el riesgo de que el bebé presente alguna anomalía genética”.
Por otra parte, el especialista destacó que a partir de los 40 las mujeres “tienen un 60% más de probabilidades de desarrollar alta presión arterial y cuatro veces más probabilidades de contraer diabetes”.
En tanto, el doctor Juan Manuel Serini, médico especialista en Ginecología y Obstetricia (en Instagram, @dr.juanmanuelserini), agregó que “es importante que la mujer de 40 años que se va a embarazar sea informada sobre los posibles riesgos adversos. Un consenso de la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FASGO) sostiene que los riesgos aumentan con la edad porque también aumentan las comorbilidades”.
Pasqualini aseguró que para reducir los riesgos “la mujer debe realizarse los controles prenatales, seguir una dieta alta en ácido fólico y muy nutritiva, evitar las bebidas alcohólicas y el tabaco y no consumir ningún medicamento sin receta expresa de su médico”.
Al respecto, aclaró que “todo va a depender de cómo arranca, de cómo está la mujer antes de embarazarse: si tiene sobrepeso, si tiene hipertensión, si tiene algún factor de riesgo, eso va a hacer que tenga más controles. Si la mujer arranca en buenas condiciones, siempre va a haber un poco más de riesgo por la edad, pero cambió completamente lo que se consideraba mujer añosa de más de 35 años”.
“La edad no es un factor condicionante para tomar decisiones, es un factor más y hay que analizarlo en el contexto”, resaltó el especialista.
En cuanto a los aspectos genéticos y congénitos, afirmó que “al existir mayor frecuencia de anomalías, se las asesora sobre la conveniencia de realizar estudios” específicos. Esto, según explicó, se realiza de dos modos diferentes: “Por medio de estudios ecográficos y marcadores bioquímicos en sangre, o a partir del estudio del ADN fetal en sangre materna”.
¿Cómo se llevan a cabo estos exámenes? El ginecólogo resaltó que “hoy en día cada vez se recurre más a pruebas no invasivas”. En ese contexto, detalló que “el estudio en sangre materna tiene una sensibilidad del 99% y consiste en una simple extracción de sangre a la madre a partir de la semana 10 de gestación para estudiar el ADN de las células fetales presentes en sangre materna”.
Por otro lado, “en los estudios ecográficos, es posible detectar algunas malformaciones fetales y evaluarlas en el llamado ‘screening del primer trimestre’”. Para que este estudio tenga una óptima sensibilidad, deben evaluarse cuatro marcadores ecográficos: “La translucencia nucal –que estudia un pliegue en la nuca del bebé cuyo espesor podría marcar una anomalía cromosómica-, el hueso nasal –aquellos bebés con Síndrome de Down tienen ausencia de este hueso-, el ductus venoso y la válvula tricúspide. Si se combinan estos 4 parámetros con el laboratorio y los antecedentes maternos, se obtiene una sensibilidad del 95%”.
El otro tipo de estudios, aquellos más invasivos, generalmente suelen llevarse adelante generalmente como reconfirmación de algún otro estudio que no haya dado bien. “Alrededor del 95% de las mujeres que se someten a la amniocentesis o a la muestra de villus coriónico reciben la buena noticia de que su bebé no tiene estos trastornos cromosómicos”, sostuvo Pasqualini.
Según trascendió, Pampita dio a luz a su hija por parto natural. ¿Existe alguna relación entre la edad de la mujer y el tipo de parto que le conviene desde el punto de vista de su salud?
Según Serini, “la mayoría de las guías internacionales indican que en mujeres de 40 años o más la recomendación es la inducción al parto entre las 39 y las 40 semanas”. En ese sentido, mencionó que existe “un estudio que indica que la inducción a las 40 semanas reduciría la mortalidad perinatal”.
Por otra parte, añadió que como las mujeres de más de 35 años “tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión y diabetes gestacional, el embarazo podría finalizar en una cesárea”, mientras que “un embarazo de bajo riesgo uno lo podría esperar, en condiciones normales, hasta las 42 semanas”.
FUENTE: clarin.com