Todos los duelos tienen 5 fases: la 1era. es de shock que se caracteriza por el corte que implica el devenir o la vida que la persona estaba transitando. En este punto el duelo marca un antes y un después. La 2da. etapa es la ira, primera reacción frente a la perdida, también conocido como enojo. La 3era. es la negación, donde se empieza a elaborar lo perdido. Es la etapa quizás más larga del duelo y la verdadera pieza de elaboración psíquica. La depresión o resignación es la 4ta., donde se observan los mayores altibajos emocionales y la tristeza domina el cuadro. Por último, la 5ta. fase del duelo es de aceptación, donde se admite la pérdida inexorable del objeto y se reconstruye la realidad con nuevas coordenadas.
Un duelo normal tiene síntomas afectivos como la tristeza, el llanto y el enfado, fatiga, cansancio, y también pueden observarse síntomas cognitivos como los autorreproches y la preocupación excesiva. En algunos casos, aparecen síntomas fisiológicos como el sueño y la pérdida del apetito. Para algunos autores, los duelos se vuelven patológicos cuando se extienden demasiado tiempo, algunos hablan de 6 meses mientras que otros, más de un año.
Ante este contexto, nos preguntamos ¿cuáles son las diferentes situaciones diagnósticas por duelo que pueden presentarse durante los tratamientos de fertilidad?
Duelo genético: es la aceptación de una técnica de reproducción asistida con donación de gametas, lo que implica la pérdida del lazo genético e ilusión de un parecido físico.
Duelo gestacional: ocurre en el terreno de la gestación por sustitución e implica la aceptación de no concebir en el útero propio como primera cuna y matriz del hijo por venir; renunciar a la experiencia física y emocional de un embarazo, a la del nacimiento y de la lactancia.
Duelo en aborto espontaneo a repetición: si bien tiene las mismas fases que los demás duelos, pueden tener particularidades que complican el proceso. Además, suelen tener consecuencias psicológicas como trastorno depresivo entre un 20 y un 55% de las mujeres que los transitan. Por otro lado, se sabe que las mujeres que lo sufren, constituyen una población de riesgo con 4 veces más posibilidades de padecer algún trastorno del estado de ánimo.
Sin lugar a dudas, la intervención psicológica en el proceso de duelo favorece el afrontamiento de un nuevo embarazo o tratamiento de reproducción asistida, ya que ayuda a dar lugar a los sentimientos y emociones alrededor de la pérdida que, en cada caso, será singular en función de la historia subjetiva de cada mujer y de cada pareja; y, por supuesto, de la ilusión y expectativas puesta en ese embarazo en dónde confluyen sentimientos y emociones además de aspectos inconscientes.