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Por: TN | 13/04/22

Lograron vencer el “tabú” de la infertilidad masculina y tras varios años tuvieron una hija


Juan Pablo y Mariel enfrentaron los problemas para quedar “embarazados” y ahora disfrutan de su vida junto con Anabella . Las consultas aumentaron en los últimos años, de acuerdo con los especialistas consultados por TN. Cuáles son las afecciones más frecuentes y qué tratamientos existen.

“Cuando pasaron los meses y no quedaba embarazada presumí que teníamos algún problema”, cuenta Mariel sobre la búsqueda que habían iniciado con su marido hace más de 10 años para tener un hijo. “El primer diagnóstico fue un palazo”, reconoce.

En su caso, ambos presentaban algunas condiciones médicas que los llevaron a recurrir a tratamientos de fertilidad. Y ese primer diagnóstico, fue el que le dieron a su pareja.

De acuerdo con las estadísticas, en base a un relevamiento realizado por TN, las consultas y también la concientización aumentaron en los últimos años sobre cuáles son las afecciones más frecuentes y en qué casos se recomienda criopreservar espermatozoides.

Hace unas semanas, el periodista Martín Liberman habló en una entrevista en diálogo con Carmen Barbieri –en su ciclo televisivo Mañanísima-, sobre el embarazo que cursa su esposa y del camino que transitaron para lograrlo. “Para tener dos hijos hice 11 tratamientos de fertilización”, contó al hacer referencia también a la experiencia con su expareja para tener a su primer hijo, de 12 años.

El conductor reveló que se operó hace 14 años a causa de un “trastorno hereditario”. “Por suerte encontraron millones de espermatozoides y los congelaron todos. Pero eso de movida te inhabilita a quedar embarazados en condiciones normales, como la mayoría de la gente”, explicó. “Te lleva para el lado del tratamiento, que también puede salir mal o no tener el resultado esperado”, agregó.

Su testimonio refleja una situación que afecta a un gran porcentaje de hombres. Si bien la temática sigue siendo “tabú”, los especialistas coinciden en que cada vez hay mayor conciencia, lo que va de la mano con los cambios a nivel social que se dieron en los últimos años.

“Fue como un palazo el primer diagnóstico”

La primera respuesta que tuvieron Mariel “Maru” Pesuggi y su marido Juan Pablo, luego de que él se hiciera un espermograma, fue varicocele bilateral grado II y grado III, asintomática, por lo que no sentía dolores. “Fue como un palazo el primer diagnóstico, porque también era comprender que el hombre puede ser infértil. A partir de ahí fuimos a un centro de fertilidad”, recuerda Mariel.

Más allá de las afecciones o condiciones que pueda tener uno de los dos, en el caso de las parejas, los especialistas sostienen que es fundamental evaluarlos a ambos para determinar cuál sería el mejor tratamiento.

Juan Pablo con Anabella recién nacida, en 2015. (Foto: gentileza Maru Pesuggi).
Juan Pablo con Anabella recién nacida, en 2015. (Foto: gentileza Maru Pesuggi).

“Si bien a mí me detectaron síndrome de ovario poliquístico (un trastorno hormonal que puede causar algunos problemas en los ovarios), como tenía 28 años cuando arrancamos, y los óvulos serían de buena calidad, nos dijeron que nos guiáramos por mi momentos de ovulación para tener relaciones”, detalla Mariel.

“Además en su caso había buena cantidad de espermatozoides en el eyaculado. Decidimos que no se operara porque no había consenso y el post-operatorio lleva mucho tiempo”, indica. En concreto, de acuerdo con ese primer estudio del que también cuenta en un libro que editó y publicó de manera autogestiva (¡Que me parta un milagro!, en 2018), un 2% de los espermatozoides tenían forma normal.

Por eso, decidieron avanzar sin la intervención. Pasaron entre dos y tres años desde que comenzaron con las relaciones programadas y luego inseminaciones pero no se llegaba al embarazo.

“En todo el proceso se empieza a poner en juego la irrupción de la sexualidad, que es algo tan íntimo. Se genera también mucha frustración, porque ponés todas tus expectativas y cuando no se da es terrible”, reflexiona Mariel.

El próximo paso de la pareja fue iniciar el primer tratamiento de alta complejidad: los que requieren incentivación ovárica con inyecciones y la fecundación in vitro. “Él sentía que en cada tratamiento, en el momento de la ovulación, tenía que responder, y a la hora exacta en la que pedían la muestra. Además de asumir que el también tenía un problema. Aún hoy es un tema muy tabú”, considera.

“En ese momento iba contando todo en un blog en el que empezó a seguirme mucha gente que estaba viviendo lo mismo. Y a mí me hacía bien escribir para volcar todo lo que me estaba pasando, es una búsqueda que te trastoca mucho”, agrega sobre cómo transitaban el proceso.

En 2014, a través de una fertilización in vitro ICSI (técnica que consiste en una inyección de un espermatozoide dentro de cada óvulo), Mariel quedó embarazada y al año siguiente nació Annabella, la hija de la pareja. “Recién pude contarlo en el blog cuando ella tenía tres meses”, dice.

Mariel contó el camino que atravesaron junto a su marido para llegar al embarazo en un libro. (Foto: gentileza Maru Pesaggi).
Mariel contó el camino que atravesaron junto a su marido para llegar al embarazo en un libro. (Foto: gentileza Maru Pesaggi).

Qué causa la infertilidad masculina

“La infertilidad masculina cada vez toma más impacto en la sociedad, no solo porque hay más, sino también por una concientización masculina de la participación del espermatozoide en el logro del embarazo”, contextualiza el doctor Omar Layus, andrólogo de la clínica de fertilidad WeFIV (MN 93.525), en diálogo con este medio.

En ese sentido, el profesional apunta que la infertilidad compromete a un 15% de la población general y de ese porcentaje, hay un 33% de causas femeninas, un 33% masculinas y otro 33% de lo que llaman “esterilidad sin causa aparente”. Layus atribuye esta suba en el porcentaje a cambios a nivel social y de consciencia, que hace que el varón consulte más al andrólogo. “Es algo que se vive con mucha angustia”, describe.

Entre las patologías que se detectan con mayor frecuencia, el doctor Jonathan Finkelstein, andrólogo de Halitus Instituto Médico, menciona al varicocele (la dilatación de las venas que transportan sangre desoxigenada fuera del testículo, es decir el agrandamiento de las venas dentro de la piel que sostiene los testículos, el escroto). “En ese caso, la cirugía suele ser la indicación más adecuada”, sostiene.

Sin embargo, puntualiza que hay un 30% de causas idiopáticas, es decir que no se logra determinar lo que genera la infertilidad. “También podemos encontrar criptorquidia, que son trastornos en el descenso testicular; enfermedades de transmisión sexual, causas tóxicas, traumatológicas o causas debido antecedentes médicos cómo cirugías, entre otros”, enumera como posibilidades dentro del abanico que ambos profesionales describen.

De todas maneras, los dos remarcan que los tratamientos van a depender siempre de las causas. “Y en todos los casos buenos hábitos de vida son fundamentales. Dormir bien, una buena alimentación, no llevar una vida sedentaria, no fumar, no consumir drogas ni alcohol, siempre va a ayudar”, agrega Finkelstein. “Nunca es tarde para dejar los malos hábitos, hacerlo puede enlentecer el deterioro, e incluso, revertir en alguna medida”, considera.

Infertilidad masculina: cuáles son las condiciones más comunes

En esta línea, Layus agrupa las causas de infertilidad masculina en tres grupos: pretesticulares, testiculares y post testiculares.

“Las pretesticulares siempre se caracterizan por alteraciones hormonales, de las que algunas son resolubles y otras no”, aclara. “En un grupo de pacientes puede haber un estímulo hormonal para generar la espermatognénesis y así lograr un embarazo, pero para eso se necesita un diagnóstico, una serie de estudios y dentro de todo esto el perfil hormonal, el examen físico y uno genético”, detalla Layus, que se desempeña también en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

Las causas testiculares son aquellas en las que una patología afecta la producción testicular. “Conllevan a una lesión netamente testicular, la mayoría tienen un nivel de resolución bajo pero puede llegar a haber tratamientos de estimulación hormonal para un mejoramiento de la producción espermática”, explica.

En relación con las patologías post testiculares, según detalla, casi siempre son obstructivas. “Puede ser a causa de algún traumatismo, por algún proceso infeccioso, por vasectomías o por quistes prostáticos no tumorales, frecuente en pacientes con volumen eyaculatorio bajo”, indica.

En la mayoría de los casos, la situación se resuelve a través de una operación. “Y el paciente vuelve después a eyacular con los volúmenes normales”, aclara.

Criopreservación de espermatozoides: en qué casos se hace

En relación con la preservación de la fertilidad en el caso de los varones, muchas veces por una necesidad a partir de causas médicas o biológicas, existe la técnica de criopreservación. Así como en el caso de los óvulos, los espermatozoides también pueden congelarse para resguardarse en el tiempo.

“Pueden recurrir pacientes que van a ser sometidos a un tratamiento oncológico (a los que el uso de quimioterapia puede afectar la producción y calidad de los espermatozoides), o aquellos con cirugía sobre los testículos. Sino, en casos de enfermedades no oncológicas que pueden llegar a afectar la fertilidad”, ejemplifica el doctor Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico.

“También como opción previa a realizarse una vasectomía (método de anticoncepción quirúrgica)”, agrega. “La edad es otro factor a tener en cuenta. Si bien no afecta en forma tan marcada como en la mujer, se observa en los hombres un declinar que se acentúa a partir de los 40 años”, remarca Pasqualini.

En este punto, indica que el ritmo de pérdida de la fertilidad viene condicionado genéticamente, y además, los hábitos no saludables pueden acentuarla. “Por otro lado, cada vez hombres de mayor edad deciden ser padres, y eso conlleva el riesgo trasmitir enfermedades genéticas y/o disminuye las chances de lograr el embarazo”, sostiene.

Concretamente, según agrega Layus, andrólogo de WeFiv y el Hospital Italiano, el procedimiento que consiste en la obtención de espermatozoides ya sea por masturbación, biopsia testicular o estimulación vibratoria para obtener el eyaculado. “Luego, se realiza un procesamiento en el laboratorio y se criopreservan en nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas. Esto es lo que permite que la célula quede en un metabolismo basal (con energía necesaria para mantener los procesos vitales estando en reposo)”, detalla.

Según opinan ambos, la vitrificación es muy eficaz y tiene un costo mucho menor que en el caso de los óvulos. “Si bien todavía estamos lejos de que se comprenda la importancia de preservar fertilidad, va cada vez más en aumento”, cierra Pasqualini.

En relación con todo el proceso atravesado, Mariel insiste en la importancia de, además de la cuestión biológica, la anímica. “Yo uso mucho el humor también para poder transitar estas situaciones difíciles. Y la forma en que vivía mi fertilidad fue captada por mucha gente que pasaba por lo mismo”, recuerda.


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