Adquiere distintas formas, una de las más frecuentes es el Linfoma de Hodgkin que tiene características particulares. Cuando la enfermedad está en sus comienzos el síntoma más habitual es una inflamación persistente de los ganglios linfáticos, aunque esto suele no presentar dolor alguno al paciente. La detección temprana de la enfermedad es elemental. Como en otros casos de personas que deben transitar por un tratamiento oncológico, la criopreservación de gametas es fundamental. La historia de Florencia: una apuesta a la vida.
El linfoma es una enfermedad grave que se origina en las células de la sangre. El sistema linfático está formado por vasos que se distribuyen por todo el cuerpo y transportan la linfa-líquido con linfocitos- y por ganglios donde se almacenan los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos. El linfoma se genera a partir de un crecimiento descontrolado de linfocitos – células de los ganglios- que invaden ganglios y órganos cercanos. Todo este sistema tiene por misión la defensa del organismo contra virus, bacterias, gérmenes y células extrañas. Los linfocitos malignos pueden diseminarse a través de la linfa a cualquier parte del cuerpo. Los linfomas se clasifican en de Hodgkin (por su descubridor) o los no Hodgkin y sus células son diferentes, por lo tanto, también lo es su tratamiento.
En la Argentina se estiman cerca de 5000 casos anuales de linfoma. Según la American Cancer Society se estima que durante 2011 se diagnosticará linfoma de Hodgkin a 8830 personas en Estados Unidos. El Linfoma de Hodgkin afecta a niños y adultos pero es más frecuente entre los 15 y los 40 años, especialmente entre los 20 y 29 años, y luego de los 55 años. Las tasas de supervivencia son altas, tiene tasas de curación muy altas, y van desde 80% y hasta el 92% según el tiempo de supervivencia luego del diagnóstico.
El linfoma no Hodgkin representa aproximadamente el 4% de todos los cánceres de Estados Unidos. Y la American Cancer Society estima que durante el 2011 se reportarán 66360 personas con Linfoma no Hodgkin. Más del 95% de este tipo de cáncer se reporta en adultos, especialmente entre los 60 y 69 años, dado que el riesgo de padecer este tipo de cáncer aumenta con la edad. La tasa general de supervivencia luego del diagnóstico a cinco años de las personas que lo padecen es de 67% y a 10 años del 56%.
“A mí el linfoma me lo curan en tres meses pero la posibilidad de tener un hijo me la sacan para siempre”
Florencia tuvo un Linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular, la forma de la enfermedad que se presenta en el 80% de los casos de Linfoma de Hodgkin. Afecta mayoritariamente a mujeres jóvenes.
“Yo en el 2007 tuve un Linfoma de Hodgkin y obviamente me sorprendió muchísimo encontrarme con esto, estaba un poquito avanzado. Me sentí una uvita casi en el cuello, me llamó la atención, me hicieron placas y ahí aparece. Tenía 27 años y no había tenido ni un yeso. Fue mi primera enfermedad grande. Me puse a disposición de la ciencia y de mis doctores y empecé el tratamiento porque estaba bastante avanzado. Hablé con mi ginecólogo y me cuenta de una paciente que tuvo él y me cuenta que había pacientes que habían criopreservado al tener que episodios de este tipo. Creí que era tarde porque ya había empezado con las quimioterapia y demás. Me llamó la atención y pensé qué lástima que no se me ocurrió antes. Tuve no sé si la desgracia o la suerte de que por segunda vez me vuelve a aparecer el linfoma en otra área de mi cuerpo, en la axila izquierda. Ya me lo tomaba con menos miedo porque ya había pasado por la experiencia así que lo primero que dije fue ‘a mí el linfoma me lo curan en tres meses pero la posibilidad de tener un hijo me la sacan para siempre’, describe Florencia.
“Consulté a mi ginecólogo y le dije “yo no sé si con la quimioterapia anterior perdí la oportunidad pero probemos. Mi médico me contacta con el Dr. Pasqualini, chequeamos la fertilidad y estaba todo intacto y comenzamos el tratamiento. El tratamiento es bastante sencillo. Es una serie de inyecciones que uno se aplica todos los días y así uno genera óvulos en los dos ovarios. Después de una cierta recolección de óvulos, se extraen y se criopreservan”.
Normalmente, la mujer produce sólo un óvulo en cada ciclo pero con la estimulación ovárica con hormonas se producen varios óvulos que dependerán de a capacidad de respuesta del ovario y del esquema y dosis utilizados. Cuando los folículos en crecimiento llegan al tamaño adecuado, se suspende la medicación y se procede a la aspiración folicular. La primera ecografía de control evolutivo se realiza en general el día 5 del ciclo menstrual ajustándose la dosis de la medicación según la respuesta ovárica.
Luego se realiza la aspiración folicular, que es la etapa de recuperación de ovocitos que se realiza entre el día 11 y el 15 del ciclo. Lleva alrededor de media hora, dependiendo de la cantidad de folículos, y se realiza con anestesia y por vía transvaginal. El médico, ayudado por una ecografía transvaginal que le permite ver los folículos y punzarlos, aspira el contenido y envía los óvulos captados al laboratorio. La aspiración se les realiza a todos los folículos. Los ovocitos son analizados en el laboratorio y se catalogan según su calidad y madurez.
Pasqualini agrega, “Lo que dice Florencia es interesante porque la quimioterapia que se realiza en determinados problemas puede afectar en más o en menos la función reproductiva. Pero quizás la mujer es más sensible a una quimioterapia que mayoritariamente no afecta. Algunos tratamientos tienen más o menos chances de afectar la función ovárica. La idea de la criopreservación es el resguardo. Si la mujer busca naturalmente porque sigue menstruando esa mujer quizás se embaraza naturalmente, y se sabe al día de hoy que el embarazo de una mujer que hizo quimioterapia no afecta a la descendencia. En este caso, los óvulos congelados pueden serle útiles para un segundo o tercer intento si así lo desea. Esto mismo pregonamos para mujeres que postergan la maternidad y llega a los 30 o treinta y pico y quiere postergar la situación, es una oportunidad. Y si finalmente logra embarazos espontáneos, los óvulos no son embriones por lo tanto no son un problema”.
“La efectividad de los tratamientos de quimioterapia o radioterapia para combatir el cáncer ha aumentado con los años y es sabido que puede afectar el funcionamiento del ovario o del testículo, es por ello que, en este contexto, la preservación de la fertilidad es un tema central”, cierra el Dr. Sergio Pasqualini, Director científico de Halitus Instituto Médico.
“Cuando se realiza una consulta por fertilidad en un caso oncológico es indispensable analizar cuál es el problema que enfrentamos, cuál es el estado general del paciente y cuál el estadio de la enfermedad para evaluar cuál es la mejor opción en cada caso. No toda persona que consulta por un tema de oncología puede preservar su fertilidad, sin embargo, es importante que realice la consulta en el lugar adecuado para considerar todas las posibilidades. Lo fundamental es siempre trabajar en equipo con el oncólogo para evaluar los efectos y las dosis de las drogas sobre el sistema reproductivo y así decidir cuál es la mejor opción en cada caso en particular. Otro punto relevante es que no siempre nos quedamos sin tiempo para preservar una vez comenzado el tratamiento. Muchas veces es posible recuperar óvulos o espermatozoides para criopreservar una vez iniciado el tratamiento correspondiente y en esto el caso de Florencia también es un ejemplo”, sostiene el médico.
Florencia recuerda: “La primera vez que lo tuve estaba petrificada y mi familia estaba igual. Pasamos el primer episodio de quimioterapia y en el segundo episodio entro en Fundaleu donde me explican que el tratamiento era más complejo porque estábamos frente a una recaída. Cuando decidí criopreservar óvulos el doctor me felicitó por la decisión. Es importante hacerlo, para mí es primordial haberlo hecho porque creo que una quimioterapia se pasa de mejor o de peor manera, depende del espíritu y la situación médica de cada uno pero la verdad es que la oportunidad de tener un hijo me parece que es duro no pasarla. No sé si naturalmente o con la ayuda del doctor”.
Según Pasqualini, “La técnica de criopreservación de óvulos en es una alternativa válida para aquellos casos en los que la mujer va a ser sometida a tratamientos que van a afectar el funcionamiento del ovario, que no tiene pareja y se puede recurrir a la estimulación de los ovarios para obtener los óvulos y criopreservarlos. En 2006 cuando Florencia criopreservó utilizábamos la técnica de criopreservación lenta, luego además, apareció la vitrificación –criopreservación rápida que evita la formación de cristales- con mayores y mejores resultados todavía”.
Mayor cantidad de niños y jóvenes llegan a la edad adulta luego de transitar alguno de estos tratamientos pero las altas tasas de supervivencia han planteado la necesidad de prever la posibilidad de concebir en el futuro. El trabajo conjunto de los médicos oncólogos, ginecólogos y especialistas en fertilidad se tornó fundamental y las nuevas investigaciones científicas amplían cada vez más la posibilidad de que estos pacientes tengan hijos propios.
El Dr. continúa: “Los óvulos de Florencia no se vitrificaron, se criopreservaron con la técnica de colina como medio de cultivo, que es lo que hizo por primera vez a nivel mundial nuestro biólogo, el Dr.Carlos Quintans. La vitrificación que es el congelamiento rápido de los óvulos, reemplazó al congelamiento lento en los últimos años pero nuestros resultados gracias a esta técnica diseñada por Quintans son muy buenos”.
Pasqualini sostiene: “Cuando una mujer debe enfrentar un tratamiento de quimioterapia o radioterapia lo ideal es que preserven sus ovocitos a muy bajas temperaturas para que en un futuro, cuando quieran quedar embarazadas, puedan disponer de un buen número de ovocitos de excelente calidad. En teoría puede criopreservarse eternamente, ya que están guardados a muy bajas temperaturas y se demostró que el daño que sufre es mínimo. La aparición de la vitrificación también marcó una diferencia porque antes se congelaba lento, en forma gradual, de acuerdo a qué tipo de células estabas congelando. La vitrificación que es el congelamiento rápido que impide la aparición de hielo intracelular o de cristales, eso hace que haya una mejora de los resultados, si bien anteriormente teníamos buenos resultados con la criopreservación lenta, ahora son mejores – siempre que el óvulo sea bueno y se lo congele bien la posibilidad de que ese óvulo después funcione son muy altas”.
“Desde la Fundación Repro, nosotros con el afán de la campaña de concientizar e informar de la pérdida de la función ovárica – no sólo por problemas oncológicos sino también naturalmente- estamos tratando de ayudar a las mujeres u hombre que tienen este problema y que no tienen recursos para que el tema de no recurso sea lo que les complique acceder a eso. La mayoría de la gente y más con las coberturas que se están dando de la fertilidad esto va a ser seguramente incorporado en breve dentro de lo que se hace médicamente y es cubierto”, dice Pasqualini.
Florencia cierra dando un mensaje de vida: “Yo le diría a alguien que debe enfrentar un diagnóstico como el mío que es súper importante encarar una enfermedad siempre positiva por sobre todas las cosas, no preguntarse por qué a mí, ir para adelante, entiendo que hay situaciones más complejas, pero me parece que la parte positiva de uno ayuda mucho a curarse. El tema de criopreservar es muy lindo porque es encarar el después, porque el resto pasa, la vida sigue y tus ganas de seguir viviendo y encarar una familia son importantes. Yo a lo mejor un día vengo con mis hijos…”