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Por: La Voz | 14/06/23

La infertilidad es más habitual de lo que parece: por qué ser padres sigue siendo una presión social


Las preguntas intrusivas o los comentarios bien intencionados pero inoportunos pueden tener un impacto emocional negativo en quienes atraviesan tratamientos de fertilidad complejos.

Unas 48 millones de parejas en el mundo presentan alteraciones de la fertilidad, lo que representa a alrededor del 15% de aquellas en edad fértil. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es una afección que compromete tanto a hombres como a mujeres y se caracteriza por la imposibilidad de lograr un embarazo a pesar de transcurrir al menos 12 meses de relaciones sexuales regulares sin medidas anticonceptivas.

Si bien estas cifras exponen que se trata de una problemática común y que afecta a todo tipo de personas, las preguntas relacionadas con la espera de un embarazo o con la cantidad de hijos que se desea tener siguen siendo muy frecuentes, sin siquiera saber si la persona enfrenta algún tipo de problema o impedimento.

La infertilidad es más habitual de lo que parece: por qué ser padres sigue siendo una presión social

Durante todo el mes de junio se celebra a nivel mundial el Día de la Fertilidad, fecha que tiene el objetivo de concienciar y educar a la sociedad sobre los cada vez más comunes problemas de fertilidad.

En un mundo donde la maternidad y la paternidad son a menudo celebradas y esperadas, existe un desafío que muchas parejas enfrentan en silencio: la infertilidad. Detrás de sonrisas forzadas y respuestas evasivas, aquellos que luchan contra este problema deben enfrentar una doble carga: el dolor interno y la presión social.

“La infertilidad es más común de lo que parece y aun así la presión social sobre ser madres o padres sigue siendo un tema del día a día. A menudo, la sociedad perpetúa inadvertidamente la idea de que la maternidad y la paternidad son logros automáticos y esperados, sin tener en cuenta los desafíos personales que pueden enfrentar”, señaló Rodolfo Agustin Pasqualini (MN 102.009), director médico de Halitus y especialistas en medicina reproductiva.

Una condición compleja para tanta presión social

Los síntomas que indican una alteración en la fertilidad son poco evidentes y los tratamientos de fertilidad tiene una tasa de éxito de apenas entre el 10% al 40%, porcentajes que pueden disminuir con la edad.

La fertilidad es una condición altamente compleja y puede verse afectada por diversos factores, incluyendo la edad, los desequilibrios hormonales, condiciones médicas, trastornos autoinmunes, tratamientos previos como radioterapia o quimioterapia, enfermedades ginecológicas, exposición a tóxicos o pesticidas y exceso de alcohol o tabaquismo.

Es por esto que dichos como: “¿para cuándo el bebé?, ¡se te va a pasar el tren! o ¿no planeás tener hijos?” puede resultar angustiante y doloroso para aquellas personas que tienen problemas para concebir.

La presión social no sólo puede originarse en el entorno cercano, como amigos y familiares, sino que también se magnifica a través de los medios de comunicación y redes sociales con imágenes idealizadas de la maternidad y la paternidad.

“Actualmente existen recursos y opciones disponibles para aquellos que enfrentan problemas de fertilidad. Se considera que si no se logra un embarazo luego de un año de relaciones sexuales sin protección, o luego de 6 meses en el caso de las mujeres mayores de 35 años, es recomendable consultar con un especialista para poder evaluar la fertilidad mediante estudios específicos en forma personalizada y buscar la solución que más se adapte a las necesidades especificas”, explicó Pasqualini.

Tradicionalmente quienes viven esta lucha contra la infertilidad no hacen eco de su afección. Sin embargo, esto está cambiado debido a que reconocidas mujeres que fueron cuestionadas y condicionadas bajo el hecho de preferir su vida profesional antes que la personal, cosa que también es válida, han manifestado la verdadera razón por la cual no tienen hijos: la infertilidad.

De allí que es vital recordar que cada persona enfrenta su propia batalla y la presión social no debería interferir en su bienestar emocional. La empatía, sensibilización, educación y concienciación son fundamentales para derribar los estigmas asociados a la infertilidad y brindar un entorno de apoyo a quienes lo necesiten.


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