Según los resultados de un informe realizado por AHF Argentina, sólo el 14,5% de los argentinos utiliza preservativo en todas sus relaciones sexuales, el 65% admitió utilizarlo solo a veces y el 20,5% reconoció no usarlo nunca.
En diálogo con Infobae Natalia Haag, directora nacional de Prevención y Testeo de AHF Argentina, aseguró que si bien la cifra es similar en todo el mundo, la estadística surge de una encuesta realizada en Argentina en 2017 a 30.000 personas que se acercaron a realizarse los testeos en 16 provincias de todo el país.
Por eso, en una iniciativa inédita, la marca de preservativos Tulipán lanzó el «pack del consentimiento», un nuevo envase de preservativos que solamente se puede abrir con el consentimiento de dos personas. Literalmente, para abrir el paquete se necesitan sí o sí las cuatro manos de ambos.
Los creadores de la propuesta aseguran que «el sexo es una decisión que se toma de a dos y que si hay consentimiento, hay respeto y placer». La edición limitada de «packs del consentimiento» se entregará en forma gratuita en bares y eventos de la Ciudad de Buenos Aires.
La organización independiente Médicos del Mundo recalca el valor del preservativo en la lucha contra el VIH/sida y las infecciones de transmisión sexual (ITS) y su aportación para contribuir a hacer efectivos los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas.
«El acuerdo en la relaciones sexuales debe ser una pauta que empieza antes, durante y después de toda relación. Implica respeto, placer mutuo y confidencialidad o privacidad de lo íntimo. El uso de los métodos anticonceptivos es uno de los temas que se deben acordar, y el uso del profiláctico aparece como una pregunta necesaria tanto en relaciones fugaces como en las estables», sostuvo en diálogo con Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Para el especialista, «aplicárselo a menudo se convierten en accionar que corta el frenesí erótico». En estos casos los sexólogos proponen la incorporación del profilactico como parte del juego. «Aunque parezca un detalle, en algunos casos enfría, sobre todo si el hombre tiene sus reticencias al pensar de antemano que que el profilactico le ‘quita sensibilidad’. Compartir el acto de abrir la caja, retirarlo y colocárselo es una manera de continuar el juego erótico sin sentir que se corta para realizar la acción. Acordar, consentir y seguir disfrutando sin pausas», aseguró.
Según datos del último Boletín Epidemiológico de la Dirección de SIDA, ETS, Hepatitis y TBC de la Secretaría de Salud de la Nación, durante los últimos años, en todo el mundo y en especial en América Latina y el Caribe, se ha observado un aumento en la incidencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS), con un claro predominio de la sífilis por sobre las otras.
«Es fundamental que la prevención de ITS en esta población esté basada en consejería sobre conductas de riesgo, medidas de prevención (fundamentalmente el uso adecuado de preservativo), vacunación contra HPV y hepatitis B más tamizaje de laboratorio», aseguran los investigadores en el informe.
Para Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico, «dar relevancia en este momento al consentimiento es una forma de integrar a los movimientos que buscan la equidad de género». «La frase ‘placer consentido’ también puede interpretarse como «placer con sentido», es decir con un sentido ético en el cual la caja simboliza un acuerdo entre ambos miembros de la pareja y también los alienta a detenerse y pensar qué van a hacer y a no actuar impulsivamente».
A menudo hombres y mujeres rechazan el uso del preservativo fundamentalmente por dos motivos: porque «les quita sensibilidad» y porque los hombres temen perder la erección. «En ambos casos se trata de ideas que se imponen, ya que el buen uso del profiláctico no debería provocar los problemas que se argumentan», afirmó Ghedin.
Según indicó Literat, «se trata de modificar el viejo guión sexual y animarse a incorporar técnicas y elementos que lo convierten en algo mucho mas placentero, porque, además del momento coital en sí mismo, hay un bonus de tranquilidad y seguridad acerca de la propia salud que dura mucho más que el recuerdo del encuentro».