Es importante reconocer que la fertilidad es una condición altamente compleja y puede verse afectada por diversos factores, incluyendo la edad, los desequilibrios hormonales, condiciones médicas, trastornos autoinmunes, tratamientos previos como radioterapia o quimioterapia, enfermedades ginecológicas, exposición a tóxicos o pesticidas y exceso de alcohol o tabaquismo. Es por esto que dichos como: “¿para cuando el bebé?, ¡se te va a pasar el tren! o ¿no planeas tener hijos?” puede resultar angustiante y doloroso para aquellas personas que tienen problemas para concebir.
La presión social no sólo puede originarse en el entorno cercano, como amigos y familiares, sino que también se magnifica a través de los medios de comunicación y redes sociales con imágenes idealizadas de la maternidad y la paternidad. Las preguntas intrusivas o los comentarios bien intencionados pero inoportunos que normalmente se responden con sonrisas forzadas o respuestas evasivas, pueden tener un impacto emocional negativo en quienes atraviesan tratamientos de fertilidad complejos.
“Actualmente existen recursos y opciones disponibles para aquellos que enfrentan problemas de fertilidad. Se considera que si no se logra un embarazo luego de un año de relaciones sexuales sin protección, o luego de 6 meses en el caso de las mujeres mayores de 35 años, es recomendable consultar con un especialista para poder evaluar la fertilidad mediante estudios específicos en forma personalizada y buscar la solución que más se adapte a las necesidades especificas”, explicó Pasqualini.
Tradicionalmente quienes viven esta lucha contra la infertilidad no hacen eco de su afección. Sin embargo, esto está cambiado debido a que reconocidas mujeres que fueron cuestionadas y condicionadas bajo el hecho de preferir su vida profesional antes que la personal, cosa que también es válida, han manifestado la verdadera razón por la cual no tienen hijos: la infertilidad. De allí que es vital recordar que cada persona enfrenta su propia batalla y la presión social no debería interferir en su bienestar emocional. La empatía, sensibilización, educación y concienciación son fundamentales para derribar los estigmas asociados a la infertilidad y brindar un entorno de apoyo a quienes lo necesiten.