¿Estás en el grupo? ¡Claro que sí! ¿Quién no tuvo alguna vez esa molesta sensación de picazón, incomodidad e incluso dolor en algunos momentos?
Es que las infecciones vaginales nos acompañan a lo largo de la vida y, aunque parezcan un asunto sin importancia, te limitan en algunas situaciones. Pero ¿por qué aparecen? ¿Por qué se repiten?
Normalmente la vagina y la vulva son zonas húmedas y poseen una ecología propia que las mantiene en equilibrio con las bacterias contaminantes. Ese equilibrio puede romperse por diferentes causas. Enfermedades sistémicas, consumo de antibióticos, disminución de las defensas por estrés y otros motivos. También por el uso continuo de protectores diarios, higiene exagerada local con productos inadecuados, uso de jeans ajustados y bombachas de lycra que no absorben la humedad y pueden generar procesos alérgicos. Tampoco nos olvidemos de los juegos sexuales y de las relaciones íntimas», explica la Dra. Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga, a cargo del Departamento Sexología y Disfunciones Sexuales de Halitus Instituto Médico.</p>
Tu vagina es un ecosistema en el que habitan una gran variedad de microorganismos. ¿Los más abundantes? Son unos llamados lactobacilos, cuya presencia es beneficiosa y mantiene el equilibrio interno ya que producen ácido láctico y otros compuestos antimicrobianos que evitan la proliferación de gérmenes patógenos. Pero cuando este equilibrio se altera, puede aparecer una infección. Las más frecuentes son las candidiasis (son las que ocurren en más del 80% de los casos).
Los síntomas más frecuentes son el prurito o picazón vulvar y vaginal, y el flujo, que normalmente es transparente y sin olor pero, cuando hay una infección se vuelve blancuzco, amarillento o verdoso con olores característicos según el tipo de bacteria que lo produjo. «También puede aparecer irritación en la uretra, que causa deseos frecuentes de orinar o sensación de no haber terminado de orinar», agrega Literat.
Cómo se trata? Ante todo es importante que, ante cualquiera de estos síntomas, consultes con el especialista para que te realicen un examen y, probablemente, un cultivo para que determine qué tipo de germen es el causante del desequilibrio y cuál es el antibiótico más adecuado para combatirlo. «El tratamiento para la infección vaginal normalmente se realiza con el uso de antifúngicos en forma de pomada, comprimidos vaginales u óvulos que se deben aplicar durante tres días o en una sola aplicación para combatir los hongos. Sin embargo, cuando la infección es provocada por otro tipo de microorganismos, como las bacterias, el médico puede prescribir el uso de antibióticos orales o de aplicación vaginal, para eliminar las bacterias y aliviar los síntomas», indica el Dr. Hernán Jensen, Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Sanatorio Otamendi.
Sabemos que estos temas despiertan la solidaridad femenina y, aunque contarlo a las amigas siempre ayuda, los médicos desaconsejan usar la crema o el óvulo que le funcionó a otra. Es que, según aclaran los especialistas, últimamente se ha observado un número importante de pacientes que presentan resistencia bacteriana a ciertos antibióticos, por lo cual el cultivo es un test muy importante que debe realizarse para determinar el antibiótico preciso para cada caso.
No te dejes estar. Reforzar la higiene de la zona no va a resolver la infección. Y hay que estar atentas porque, cuando las infecciones se tornan crónicas, existe el riesgo de que migren hacia el cuello del útero y las Trompas de Falopio y povoquen una inflamación. «En el caso de la vaginosis bacteriana, produce la Enfermedad Pélvica Inflamatoria, un proceso patológico que afectará la fertilidad. Existen muchos casos en los que se diagnosticó esta situación en pacientes infértiles y otros en los que, aún cuando se logra el embarazo, la infección pasa desapercibida y se producen partos prematuros», sostiene la Dra. Literat.
Pero, la buena noticia es que, aunque no siempre se pueden evitar, hay una serie de medidas para prevenirlas y facilitar su curación:
Por la Lic. Mariana Kersz. Psicóloga y Sexóloga. Directora de Clínica de Parejas.
Cuando los psicólogos y sexólogos trabajamos en equipo con el resto de los profesionales, buscamos también brindar las herramientas y los recursos adecuados para que esa mujer siga sintiendose deseada y deseante, sin convertir su vagina en un problema. Por el contrario, se trata de que mientras atraviese el tratamiento adecuado, pueda seguir disfrutando de la sexualidad en todas sus expresiones posibles, quizás obviando la penetración, pero potenciando las caricias sensuales, el erotismo y la seducción en la pareja, de modo que su autoestima siga fortalecida y no se vea afectada su seguridad, su confianza en sí misma o comience a haber conflictos de pareja a causa de la falta de sexo con penetración. Por eso me gusta trabajar desde tres aristas.
Expertos consultados: Dra. Beatriz Literat. Médica Sexóloga Clínica y Ginecóloga (MN 50.294), a cargo del Departamento Sexología y Disfunciones Sexuales de Halitus Instituto Médico. Dr. Hernán Jensen (MN 8951). Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Sanatorio Otamendi. Lic. Mariana Kersz. Psicóloga y Sexóloga. Directora de Clinica de Parejas.