Día del padre: Cómo es la historia de Juan Pablo
Leonardo es director de una empresa de limpieza. Ignacio es contador. Están pareja hace 16 años. Tras la ley de matrimonio igualitario se casaron. Su amiga Cintia aceptó ayudarlos para que pudieran ser padres: llevó los 9 meses de embarazo. Lo hicieron con óvulos de una donante y el esperma de uno de ellos. Juan Pablo nació el 4 de junio de 2015.
Leonardo e Ignacio querían ser papás. Su amiga Cintia aceptó ayudarlos y llevó el embarazo. Juan Pablo nació el 4 de junio de 2015.
«Previo a comenzar con los estudios médicos le propusimos a nuestra amiga hacer algunas sesiones de terapia, más que nada para reforzar el deseo que tenía ella de ayudarnos a ser papás», recuerda Leonardo. «Queríamos al menos tener un diagnóstico de un profesional que nos diga que ella estaba preparada y sabía lo que iba a hacer».
Cuando llegó el momento de inscribirlo decidieron anotar a Ignacio como papá. Y a Cintia como mamá. Así figuran hasta hoy, tanto en la partida de nacimiento como en el DNI del nene. Es que el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que ampara su situación, entró en vigencia en agosto de 2015. Juan Pablo había nacido dos meses antes.
Desde entonces Ignacio y Leonardo piden a la Justicia que los reconozcan legalmente como padres a ambos y, en consecuencia, que rectifiquen los documentos para figurar en ellos. «Juan Pablo conoce toda su historia. Conoce a nuestra amiga y toda su familia. A pesar de la distancia, nos vemos seguido y mantenemos una comunicación por chat casi a diario», cuenta Leonardo.
Pareja gay de papás: Qué cambiaría si los reconocieran
El reclamo no es solo por lo simbólico. Si la policía les pide identificarse, por ejemplo, solo Ignacio puede constatar que el nene es su hijo. Leonardo no tiene cómo comprobar que lo cría y lo cuida de igual a igual.
«En lo profundo me cambia en todo. Primero es el derecho a la identidad que tiene Juan Pablo. Algo que en nuestro país sobre todo debería ser prioridad. Segundo, hoy ha muchos derechos que ambos no tenemos. Yo para viajar y para salir del país necesito llevar un autorización de Ignacio y de mi amiga. Para la ley yo no soy nadie«, dice. «Soy papá de Juampi para todo el mundo, incluyendo las instituciones educativas y de salud. Para él es igual. Aún no sabe de su proceso legal».
Cómo está la causa en la Justicia
El primer paso de esa lucha se dio en la Ciudad de Buenos Aires, donde viven los tres. La jueza de familia porteña Mirta Agüero dio lugar al reclamo pero la fiscal Raquel Mercante apeló la decisión. Luego los integrantes de la Sala E de la Cámara Civil, Juan Carlos Dupuis, José Luis Galmarini y Fernando Racimo, revocaron el fallo y denegaron el pedido.
Según su argumento el artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que “los nacidos por técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o la mujer que también ha prestado su consentimiento previo”. Además señalaron que la subrogación de vientre no forma parte de esas técnicas. Y agregaron que Polti y Santalla dieron su consentimiento después de que naciera el bebé.
Papás por subrogación: En marzo de 2019 los abogados del matrimonio presentaron un «recurso de queja» ante la Corte Suprema de Justicia. Allí el procurador Víctor Abramovich avaló el reclamo de la pareja.
En marzo de 2019 sus abogados presentaron un «recurso de queja» ante la Corte Suprema de Justicia. Allí el procurador Víctor Abramovich avaló el reclamo de la pareja. Según su interpretación, del artículo 562 del Código “no puede inferirse, sin más, una regla de proscripción de la técnica de gestación por sustitución”, señaló.
Y agregó que “en el ordenamiento jurídico argentino la gestación por subrogación es una práctica no prohibida por la ley pero que hasta el momento carece de una reglamentación específica”. Según explicó el procurador, la subrogación se consideró dentro de las técnicas de reproducción asistida cuando se cambió el Código. Sin embargo por su especificidad se pensó en una norma para regularla. Esa norma aún no se sancionó.
Dos papás: Cómo fue el recorrido de la familia
Leonardo e Ignacio consultaron con la misma psicóloga que había atendido a la amiga que llevó la gestación, querían saber cómo responder las preguntas que seguramente tendría su hijo.
«Ella nos indicó que a los 4 años era probable que quisiera saber por qué no tiene mamá. Fue casi exacto. Le respondimos que nosotros deseábamos con todo nuestro corazón ser papás y tenerlo a él, y cómo somos dos varones, le pedimos ayuda a una amiga para que poder lograrlo».
Cuando pasó los cinco empezaron las dudas en torno a cómo nació. «En plena pandemia comenzó a consultar si había salido de un huevo… O si de la panza de la abuela o de una tía. Finalmente llegamos a nuestra amiga. Al saberlo ya más grande… se alegró mucho», cuenta Leonardo.
Qué sucede hoy con la subrogación de vientres
En 2017 un amparo judicial cambió la historia de las familias porteñas cuyos hijos nacen a través de otras personas que los gestan. Según dos disposiciones del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas de la Ciudad de Buenos Aires ya no necesitan acudir a los tribunales.
Desde ese momento los dos integrantes de las parejas, tanto gays como heterosexuales, están habilitados a inscribirse como padres o madres. Solo necesitan presentar un consentimiento de voluntad procreacional. Con ese documento los padres pueden inscribir a sus hijos nacidos en CABA directamente en el Registro Civil que les entrega la primera partida de nacimiento con sus nombres.
Además, en Congreso de la Nación hay distintos proyectos para regular este método de reproducción asistida que también ofrece resistencia por parte de algunos feministas.
Mientras tanto Leonardo y su familia aún esperan con ilusión un fallo de la Corte para ser reconocido en los papeles. «Para mi la paternidad significa ‘familia. Y con esa palabra te resumo todo. Es el estado más pleno que a mi criterio tiene el ser humano».