A partir de los 30 años, la piel del rostro y la del cuerpo en general pierde tonicidad. Además, después de esa edad, las personas tienden a perder tejido magro, lo que se traduce en una reducción de la masa muscular. Ambos procesos se conocen como flacidez y, con ayuda de procedimientos no invasivos, más la dosis siempre recomendada de ejercicio físico -para el caso de la corporal- es posible mantenerla bajo control.
La médica dermatóloga Claudia Sánchez, de Halitus Salud y Estética respondió las cinco preguntas más frecuentes sobre el tema:
– ¿Qué es la flacidez?
– La flacidez es la pérdida de firmeza de la piel, y parte natural del proceso de envejecimiento.
Está causada por la disminución de la elastina que le da elasticidad, y del colágeno que es el que aporta resistencia.
Se puede distinguir entre la flacidez de la piel, que tiene que ver con este proceso de envejecimiento, y la muscular, que se asocia además a una vida sedentaria.
Se presenta en cara, párpados, mejillas, cuello, parte posterior de los brazos, caída de los pechos, en abdomen y caderas, sobre las rodillas y glúteos.
– ¿Cuáles son sus causas?
– Se presenta por diversos factores, el envejecimiento es el más frecuente, en particular el causado por el exceso de radiación solar, que acelera la oxidación celular.
Pero, además, hay otras causas asociadas como obesidad o cambios de peso brusco, problemas hormonales, embarazos (sobre todo la multiparidad, o embarazo múltiple), una mala alimentación, el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo y la exposición exagerada al sol.
– ¿Es posible retrasar su aparición?
– Sí, en principio llevar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio, dormir bien, tomar mucha agua son perfectos métodos de prevención. Además, evitar exponerse al sol y, al hacerlo, usar protector solar, incluso para caminar en la calle. También, cuidar la piel limpiándola todos los días, y utilizando cremas hidratantes recomendadas por un profesional de confianza.
– ¿Qué modificaciones en la alimentación pueden ayudar a retrasarla?
– La alimentación pobre en proteínas, exceso de glúcidos y harinas la potencian. Por eso es importante llevar adelante una dieta equilibrada, que incluya frutas, verduras y granos. Beber abundante agua que permita una piel hidratada.
– ¿Qué tratamientos existen?
– Para combatir la flacidez corporal lo mejor es recurrir a algún tratamiento que no requiera cirugía y que ayude a estimular el colágeno de la piel. Estos incluyen la radiofrecuencia, la mesoterapia corporal, el plasma o incluso los hilos tensores que permiten reafirmar el abdomen, los brazos y las piernas.
El plasma contribuye con el rejuvenecimiento cutáneo, facial y corporal, favorece a la cicatrización y regeneración de los tejidos y sirve para tratar las discromías (alteraciones en el color de la piel).
Por su parte, la radiofrecuencia multipolar, como la Venus Legacy, permite combatir el envejecimiento de la piel, la acumulación de grasa difícil y la flacidez corporal y facial. Es un tratamiento no invasivo y aplicable en diferentes zonas del cuerpo que te ayuda reducir la celulitis y remodela la silueta.
La mesoterapia es un tratamiento médico simple y no agresivo, que consiste en colocar en la piel microdosis de medicamentos en el lugar más cercano a la patología. Con bajas dosis se consigue mejor respuesta terapéutica y no hay efectos secundarios.
Si bien no se puede detener el inexorable paso del tiempo, sí se podrá trabajar para retrasar la aparición de sus efectos menos deseados.