¿Sabías que 1 de cada 10 mujeres en edad fértil padece y que esta es una de las principales causas de infertilidad femenina? Sin embargo, su diagnóstico suele retrasarse varios años debido a la falta de información y al desconocimiento de sus síntomas.
La endometriosis es una enfermedad crónica, usualmente dolorosa, caracterizada por la presencia de tejido similar al endometrio (la capa interna del útero) en otras partes del cuerpo, como los ovarios, las trompas de Falopio, el peritoneo e incluso, en casos más severos, en órganos como la vejiga o el intestino. Este tejido reacciona a los cambios hormonales del ciclo menstrual, lo que puede generar inflamación, dolor intenso y la formación de adherencias que afectan la función de los órganos involucrados.
Hay muchas teorías del origen de la endometriosis, pero la más aceptada es que puede deberse a una disfunción del sistema inmunológico que impide la eliminación adecuada de las células endometriales, facilitando su implantación y el desarrollo de la endometriosis en el entorno pélvico.
Otro aspecto crítico en la predisposición a desarrollar endometriosis es la microbiota, ese conjunto de microorganismos que habitan en nuestro sistema digestivo. Y ¿cómo se relaciona con endometriosis? Ya que la microbiota cumple una función fundamental en la regulación de funciones fisiológicas y su relación con enfermedades inflamatorias y autoinmunes, incluida la endometriosis.
El diagnóstico de la endometriosis a veces suele ser complejo, ya que algunos casos pueden ser asintomáticos. En las pacientes en las cuales la patología es más florida, los síntomas más típicos a tener en cuenta son:
Para confirmar el diagnóstico, el especialista puede solicitar estudios complementarios como ser: ecografía transvaginal, resonancia magnética o, en casos específicos, una laparoscopía diagnóstica, que permite visualizar y biopsiar las lesiones compatibles con endometriosis.
El tratamiento debe ser adecuado y adaptado en función de la severidad de los síntomas y de la calidad de vida de cada paciente. Cada caso es particular, por lo que existen distintos abordajes:
Tratamiento médico que incluye el uso de anticonceptivos hormonales para reducir el crecimiento del tejido endometrial y aliviar los síntomas.
Un diagnóstico temprano permite un manejo más efectivo de la enfermedad y una mejor calidad de vida. La información y la detección oportuna pueden marcar la diferencia.
Fuente: Dra. Eva Rodríguez Pazo (MN 123395), médica especialista en medicina reproductiva en Halitus Instituto Médico.