La demanda de técnicas de reproducción asistida con embriones donados va en aumento. Es cada vez más, una posibilidad para personas o parejas que no pueden concebir con sus propios gametos, y también como una respuesta para aquellos que tienen embriones congelados y no quieren descartarlos.
Durante los procedimientos de fertilización asistida de alta complejidad no todos los embriones formados se transfieren, y en esos casos se los criopreserva. Puede ocurrir que quienes le dieron origen no los quieran más y en esos casos tienen que decidir, en algún momento, qué hacer con ellos. Pueden, descartarlos, donarlos para darles la oportunidad de tener un hijo a otras personas o donarlos para investigación.
Nosotros creemos que lo ideal es la donación a otras personas o parejas. Para eso es importante despejar algunas dudas:
El debate en general circula en torno a los lazos genéticos que ese embrión tendrá con la pareja que lo dona y si existirá algún impacto en el futuro hijo, al saber que existen «hermanos genéticos» o «medio hermanos genéticos» (en el caso de que el embrión se forme con donación de gametos).
En este sentido es importante marcar la diferencia entre genitud y parentalidad. La parentalidad es un hecho social, cultural y biológico, de ninguna manera se reduce a lo genético. Donación NO es parentalidad. No hay razones para suponer que la ausencia del vínculo genético influye de manera negativa en el bienestar de los futuros hijos. La investigación indica que el bienestar del niño y las capacidades de los padres no dependen de la estructura familiar (es decir, el vínculo genético, número de padres o género de los padres), sino del funcionamiento familiar: la capacidad de tener una relación amorosa y afectuosa con el niño.
En la Argentina, la familia que ha optado por recibir embriones se pregunta ¿Puedo acceder a una donación de embrión en Argentina? Si, en tanto haya embriones disponibles ¿Hay riesgos que el extitular del embrión pretenda derechos sobre mi hijo cuando nazca por cualquier motivo? No puede hacerlo. Es su hijo, no del extitular del embrión. ¿Puede mi hijo saber quién fue su donante de embrión? Esto es similar a los donantes de gametos. Si bien hay una tendencia a que los donantes acepten dar información, la mayoría va por el anonimato. Pero no hay problema si quien los dona lo hace abiertamente.
El titular donante del embrión se pregunta: ¿Puedo saber cuál es la familia que recibirá mi embrión? Si, pero los centros prefieren para ambas partes el anonimato. Por lo que se firman consentimientos. ¿Puede el nacido del embrión que doné reclamar que soy su padre? No puede. ¿Y si un juez lo ordena? No existen a la fecha casos en esta dirección, ni en Argentina ni en Estados Unidos ni Canadá. Hay una tendencia en Europa a que la persona al llegar a la mayoría de edad tenga acceso a la información de sus donantes. En nuestro país, la privacidad y confidencialidad con la que se donó el embrión, no puede ni debe ser socavada por ninguna decisión judicial. Si en algún momento una ley impone el cese del anonimato, debiera regir para casos posteriores a la ley.
Frente a las opciones que existen para los embriones congelados, la donación se presenta siempre como la mejor.