Aunque disfrutar es fundamental, también es posible hacerlo con una mirada consciente hacia nuestra salud. Por este motivo, compartimos algunos tips para abordar estas fechas de forma equilibrada:
Una cena navideña saludable puede ser deliciosa y variada. Incorporá:
• Ensaladas frescas y coloridas: sumá hojas verdes, frutas frescas como mango o granada, frutos secos y aderezos ligeros como hummus, babaganoush o guacamole.
• Proteínas magras: elegí opciones como pollo, pescado o alternativas vegetales como legumbres o tofu.
• Dulces balanceados: podés incluir postres caseros con ingredientes como avena, frutas secas y edulcorantes naturales como por ejemplo la stevia. También es una buena idea dejar varios bowls con cerezas en hielo sobre la mesa, pasas de uva o cascaritas de naranja dulces.
• Bebidas: ofrece agua saborizada con limón y menta o de frutos rojos como alternativa al alcohol o gaseosas.
Después de una noche de excesos, el cuerpo necesita un pequeño respiro. Algunas ideas:
• Hidratación: comenzá el día con agua tibia y jugo de limón para ayudar al sistema digestivo.
• Comidas ligeras: priorizá sopas frías, caldo de vegetales, vegetales al vapor y el consumo de verduras en general para mejorar el aporte de fibra y contribuir con la limpieza intestinal.
• Movimiento: una caminata suave ayuda a activar el metabolismo. Paseos en bicicleta también pueden ser una buena opción.
Entre eventos y reuniones, es clave no perder el balance:
• Planificá tus comidas: incorporá opciones más livianas los días sin compromisos.
• Porciones pequeñas: si te apetece, probá un poco de todo sin sentir la obligación de comer en exceso.
• Escuchá tu cuerpo: comé solo cuando tengas hambre y prestá atención a las señales de saciedad. Recordá masticar despacio y evitar comer parado.
Estas fiestas son una oportunidad para disfrutar de los sabores y los momentos con seres queridos. Con pequeños cambios, podés mantener un enfoque saludable sin perder el placer de la tradición.
¡Felices fiestas para todos!