En primera instancia, quiero agradecer al Consejo Ejecutivo y Consultivo de la Revista Gracias Doctor, integrado por un Jurado de 125 personalidades médicas por haberme distinguido con este Diploma, para mí es un honor.
La verdad es que hace más de 30 años que decidí que la reproducción asistida iba a ser parte de mi vida y, también por entonces, que la investigación era el motor para el desarrollo y el crecimiento de esta especialidad. Hoy, con una ley de cobertura en nuestro país y el recientemente aprobado Código Civil, que abre las puertas a una ley especial, recibo el premio en un momento muy especial del país y de la reproducción asistida.
Si bien la infertilidad nunca fue un tema en mi familia, crecí en un entorno donde la investigación y la medicina eran parte del día a día y una pasión casi contagiosa. Mi padre, Rodolfo, era médico, Profesor emérito en la UBA, su tesis de doctorado la dirigió el Premio Nobel de Medicina Bernardo Houssay y fue el creador y director del Instituto Nacional de Endocrinología. Mi madre, Christiane Dosne, nació en Francia se doctoró en medicina experimental en una prestigiosa universidad de Canadá y se dedicó a la investigación científica. Pero su amor por la investigación la trajo a la Argentina y se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en la Academia Nacional de Medicina. Todavía hoy forma parte del CONICET.
Cuando en 1987 decidí crear halitus Instituto Médico fue con la convicción de que podría cambiar la vida de mucha gente, no pensé que esta especialidad también cambiaría tanto la mía. No solamente fuimos pioneros en la aplicación de algunas técnicas de reproducción asistida sino que hemos desarrollado –investigación mediante- técnicas propias que incluso han sido adoptadas alrededor del mundo. A principios de 2014 logramos el nacimiento de un bebé producto del óvulo criopreservado por mayor tiempo en el mundo, un récord que me enorgullece. La pasión y la dedicación con la que trabajamos en equipo siempre tiene su contrapartida en el cariño que recibimos de los pacientes con los que decidimos caminar juntos. Y la investigación es y siempre será una apuesta, es la base del crecimiento de cualquier área de la medicina, por eso, en 2009 creé la Fundación Repro, sin fines de lucro, convencido de que en la investigación está el progreso real.
Quiero personalmente compartirlo con todos aquellos que estuvieron a lo largo de mi camino, y agradecerles a aquellos que me acompañaron en mi trayectoria y sin quienes no estaría hoy acá, fundamentalmente a mi familia, a mi padre y a mi madre, ejemplos de esfuerzo y dedicación, a mi mujer y a mis hijos, quienes incondicionalmente han estado siempre a mi lado, lo siguen estando y me impulsan a seguir adelante, mirando al futuro. Gracias a todos.