Cuando una pareja igualitaria de dos mujeres decide tener un hijo, nos enfrentamos, en primer lugar, a la necesidad de contar con semen donado, y segundo, a la importancia de evaluar el potencial fértil de las dos mujeres.
Además, es importante indagar en el deseo de cada una de ellas, cuál prefiere estar embarazada o cuál aportar el óvulo y su carga genética. Por supuesto, una vez que se evalúe la fertilidad de ambas es cuando se va a saber si este deseo se va a poder cumplir, o no.
Puede ocurrir que el deseo en cuanto a quien de las dos va a aportar el óvulo no sea factible, en general por su edad, y haya que intentarlo con el óvulo de la otra. Lo mismo puede ocurrir con quien quiera llevar adelante el Embarazo.
En primer lugar, la inseminación intrauterina, cuando coincide la integrante de la pareja que va a aportar el óvulo y llevar adelante el embarazo y si su evaluación de fertilidad está en condiciones.
En segunda instancia, la fertilización in vitro se indica cuando la que va a aportar el óvulo va a llevar adelante el embarazo y tenga un problema de fertilidad que requiera de esta técnica. O en caso de sumarse al método Recepción de Óvulos de la Pareja (ROPA), cuando se utilizan los ovocitos de una de las mujeres y el embrión resultante será transferido al útero de la otra mujer.
Este método permite a la pareja tener un hijo y participar ambas de manera activa del proceso. Se la conoce también como maternidad compartida porque ambas puedan «poner el cuerpo» para esperar la llegada del hijo.
Además, una de ellas aportará la genética dada por el óvulo, y la otra le dará su impronta personal a ese feto durante el transcurso del embarazo, a partir de lo que se conoce como epigenética.
La epigenética, es la impronta que el medioambiente le da a los genes, que hará que algunos de ellos se activen y otros se silencien. La epigenética es el medio ambiente aportando a la expresión, o no, de genes, que le pueden dar ese plus a ese futuro hijo, por el hecho de llevar adelante el embarazo.
En la actualidad, el número de mujeres que deciden tener un hijo en el contexto de una pareja igualitaria, va en aumento. Pasar por esto les permite plantearse por qué desean tener un hijo, qué lugar ocupa un hijo en sus vidas y en su proyecto como pareja.