Después de años de trayectoria, Marley dejó de ser uno de los conductores estrellas de la televisión argentina para transformarse en “el papá de Mirko”, el bebé argentino más influyente en las redes. En su programa, presentó a quien había portado el embarazo, llevado adelante mediante la gestación por sustitución en Estados Unidos, con un óvulo donado por otra mujer. Ricky Martin fue uno de los primeros en poner el tema en agenda: sus tres hijos nacieron gracias a ese método. El chef Germán Martitegui celebró la paternidad de Lorenzo con un procedimiento similar. También hay mujeres que son madres a través de esta modalidad, como Luciana Salazar, Sarah Jessica Parker o Kim Kardashian, quien en mayo tuvo a su cuarto hijo, el segundo por subrogación.
Hace rato que la cigüeña cambió de ruta y la medicina reproductiva viene ampliando las posibilidades de que lleguen bebés en condiciones antes impensadas.
Fue una revolución cuando, con 27 años, Juana Repetto contó que había acudido a un banco de esperma y tuvo a Toribio (3).
Hace un tiempo, Luis Novaresio dijo que no descarta la coparentalidad, lo que implica el deseo de un hijo con otra persona sin que haya un vínculo amoroso entre sí.
El doctor Sergio Pasqualini, director científico de Halitus, detalla las transformaciones que vio en el consultorio: 30 años atrás, sus pacientes eran sólo mujeres que llegaban solas y angustiadas porque asumían la responsabilidad de que no se concretara el embarazo. Después, empezó a haber conciencia –en profesionales y pacientes– de que existía la infertilidad masculina y de que representaba casi la mitad de los casos.
Ahora, ambos integrantes de la pareja se involucran en forma activa. Pero, por otro
lado, los centros de reproducción asistida ya no atienden sólo casos de esterilidad sino que tratan a personas solas, a parejas homosexuales o a dos sin vínculo amoroso entre sí pero que han tomado la decisión conjunta de tener un hijo.
“Creo que en nuestro país la Ley de Matrimonio Igualitario debería estar acompañada de la de subrogación (cuestión no incluida en la reforma del Código Civil ni en la ley de Reproducción Asistida), para que todos tengan los mismos derechos y posibilidades. Por otro lado, la norma de reproducción asistida solo contempla el tema de la cobertura, pero es necesario un marco regulatorio moderno que resuelva aspectos que hoy quedan en un vacío legal”, dice Natalia Fernández Peri, directora médica de IVI Buenos Aires.
En Argentina, la donación de gametos no tiene un carácter lucrativo (en la práctica, se fija una compensación económica por las molestias físicas o el lucro cesante).
Pero no está regulado ni la cantidad de veces que se puede donar ni la edad máxima para hacerlo, ni hay un registro de donantes, por ejemplo.
Cada centro de reproducción o banco se maneja con su propio criterio médico. En todos los casos, se firma un consentimiento y se realizan estudios clínicos para descartar enfermedades genéticas hereditarias e infecciosas transmisibles.
Según establece el Código Civil y Comercial, los nacidos por reproducción asistida con
material genético de terceros tienen la posibilidad de solicitarle al centro donde se haya hecho la práctica los datos de la ficha de salud del donante. Para acceder a su identidad, y de acuerdo con los artículos 563 y 564 de dicho código, se debe pedir una autorización judicial.
Como Argentina no tiene marco legal, no todos los centros de reproducción lo realizan.
“El primer procedimiento de este tipo que hicimos en Halitus fue en 2011, con los gametos de ambos miembros de una pareja en la que la mujer había perdido el útero y el embrión se implantó en el de una amiga”, dice Sergio Pasqualini.
El bebé también puede tener la carga genética de alguno de los dos integrantes de la pareja y un gameto donado o ser producto de una donación embrionaria (pero, en la práctica, nunca el óvulo es de la gestante). Antes del procedimiento, se firma un consentimiento en el que se especifica que la gestante no es ni será la madre del bebé y quiénes son los que tienen la voluntad procreacional.
En algunos casos, se accede a la Justicia para solicitar que se permita la inseminación con el material genético de terceros que suelen ser los que tienen la voluntad de tener un hijo.
En otros, luego del nacimiento, se hace un proceso de impugnación judicial de maternidad de la mujer que dio a luz.
Los embriones sobrantes de pacientes que lograron el embarazo con éxito es posible entregarlos a otros que están pasando por la misma situación.
¿Pero qué dice la legislación? Se pueden donar embriones pero, aún, no está regulado cómo.
“Al sancionar el Código Civil y Comercial en 2014, el Congreso de la Nación se impuso la obligación, por ahora incumplida, de una ley que establezca la protección del embrión no implantado. Por eso este año se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de regulación para darle un marco legal y establecer el plazo máximo de criopreservación y la prohibición de la comercialización”, explica Marisa Herrera, especialista en Derecho de Familia e investigadora del Conicet.