Cada 31 de agosto se conmemora el día de la obstetricia y la embarazada, una fecha ideal para reflexionar sobre cómo la medicina actual acompaña a las mujeres embarazadas y cuál es el rol de las obstétricas.
Más conocidas como “parteras” somos un factor clave para transmitir contención, compañía, respaldo y tranquilidad, además de nuestro saber profesional, cuando se acerca el parto. Tenemos un rol esencial: contener a la pareja y cuidar la salud del bebé por venir. Estamos las 24 horas a disposición para guiarlos a través de las distintas situaciones que se presentan: reconocer los síntomas del parto, disminuir la ansiedad, explicarle los pasos a seguir, acompañarlos durante el parto.
Somos las primeras personas a las que se acude cuando comienzan las contracciones: nuestro trabajo es recibir a las pacientes, prepararlas y contenerlas. Somos sostén para que las mamás puedan relajarse y colaborar con el trabajo de los médicos, ya que hace meses venimos trabajando juntas para llegar a ese día. Les enseñamos a estar atenta a sus propias necesidades y sensaciones, a los pedidos que el cuerpo le hace respecto de posiciones a adoptar para aliviar molestias: tenemos un doble rol, acompañantes que ayuda a la relajación de la pareja, al tiempo que colaboramos con el profesional médico.
El diálogo y el conocimiento sobre la pareja es una de las cuestiones más importantes de nuestro trabajo, si sabemos los deseos de cada paciente, podremos brindar la información correcta al obstetra. Por eso, es importante la comunicación sincera, sabia y afectuosa al momento de hablar y exponer cualquier situación que se presente; así un equipo de parto reconoce la importancia de tener papás que se brindan con confianza, porque la sabiduría que cada uno tiene debe ser compartida por las dos partes: médicos y padres. Un buen equipo de trabajo, podrá ponerse en una situación humilde, y escuchar lo que se necesita para poder actuar.
Durante el proceso de trabajo de parto, la función más importante es poner los sentidos al servicio del bienestar familiar: escuchan los latidos fetales, saber cuando la mamá requiere ayuda y tener en cuenta lo que el propio bebé está diciendo, porque es él mismo quien indica como puede ser su nacimiento si se lo «escucha» durante todo el proceso de trabajo de parto.
En caso de que se trate de una cesárea, también estamos presente: con su contención, acompañamos a la pareja en la internación y realizamos los primeros controles a la mamá y al bebé, calmamos la ansiedad, explicamos los pasos a seguir en esa cesárea para despejar dudas y temores, escucharlos. Nuestros conocimientos son la guía que permite al profesional médico saber la situación al momento del parto o cesárea.
La partera contiene a la pareja que imagina el nacimiento de su bebé, respetando sus miedos y angustias, hacemos todo lo mejor para un buen nacer. Somos tanto una compañía, como una guía, como una mano amiga