Un embarazo siempre plantea preguntas, una de las más clásicas se refiere al momento adecuado para comunicarlo; pero la duda se refuerza cuando se trata de contárselo al primogénito de la casa. ¿Cómo lo tomará?, ¿se pondrá celoso?, ¿entenderá?, ¿es mejor decírselo antes por si ya lo presiente o esperar a las 12 semanas de gestación?
Patricia Martínez, psicóloga de Halitus Instituto Médico, ayuda a desdramatizar la situación: “Uno lo va a comunicar lo cual no significa que necesariamente el niño va a entender. A medida que pasa el tiempo, va a comprender mejor. Entonces, por un lado, está la comunicación y por el otro, el entendimiento”, explica.
Claro que el nivel de comprensión está vinculado a la edad del niño, antes de los tres años y medio es casi imposible que pueda entenderlo. Según señala la especialista, “los primeros dos años de vida el psiquismo humano está orientado a la constitución del yo. Si no hay un yo constituido, menos estará constituido el otro. Después, a partir de los 2 años y medio empieza la socialización secundaria, que es con los pares. Recién ahí el otro va a tener un estatuto como hermano, sin que llegue a comprender bien qué es un hermano. Eso sucederá recién a partir de los 3 años y medio o cuatro”.
El niño lo supo antes que los padres
La cantidad de historias sobre niños que le anunciaron a sus progenitores que iban a ser padres nuevamente es infinita, todo el mundo conoce, al menos, una. Pero no siempre es así, incluso es común que esos relatos tengan ciertos componentes fantasiosos, “hay niños que tienen más empatía o más capacidad receptiva, más ligados a la mamá y pueden llegar a percibir algo distinto, quizás no justo el embarazo”, indica Martínez y agrega: “No hay que dejar de lado que se escucha el relato de la madre, donde se ponen en juego cuestiones de ella”.
Cómo contarlo
Claro que el contenido importa, pero muchas veces el énfasis se pone en el contar y no en la escucha o en la reacción que desencadena en el otro. “No es tanto lo que hay que decir, sino lo que hay que escuchar y el espacio que uno le da al niño para que se manifieste. Hay que buscar la manera de permitirle al niño la expresión emocional”, aclara la especialista. Por supuesto, hay que tener en cuenta el momento, si el niño está inmerso en un proceso especial, como el comienzo del jardín o de la guardería, será mucho mejor esperar a que pase esa situación.
En cuanto a la noticia en sí no hay tanto misterio, según indica Martínez, “se dice que llega un hermanito, que van a compartir, que van a jugar, etc. No hay que pensar qué pasa que cuando uno transmite esta información, en el sentido de, por ejemplo, no generar celos o competencia, porque va a haber y son normales”.
Acontecimiento familiar
También es motivo de duda saber si conviene contárselo a otros adultos, cuando se piensa en la familia ampliada (abuelos, tíos, etc.). Si decidieron no contarle a su hijo todavía, ¿conviene que otros lo sepan? En este caso, la respuesta es “depende”. “Si es chico y la familia extensa es cercana, mejor que lo sepa primero la familia para poder ayudar y estar atentos; y si el niño es más grande, contarlo siempre porque es un acontecimiento de toda la casa”.
Asesoró:
Lic. Patricia Martínez.
M.N. 24.411
Psicóloga de Halitus Instituto Médico.