Las altas temperaturas que se vienen sintiendo hace días en el país pueden resultar un riesgo para la salud de las embarazadas y sus bebés. Quienes están gestando deben tener especial cuidado con las olas de calor y prestar atención a los signos de alerta para evitar ponerse en riesgo.
En este sentido, el doctor Sergio Pasqualini (MN 39914), director de Halitus Instituto Médico, explicó que normalmente la “intolerancia al calor” es un síntoma habitual en las embarazadas, ya que durante ese periodo la temperatura corporal es por sí un poco más alta que la normal, con lo cual, el calor agregado del ambiente puede tener mayor impacto.
Así, lo que hay que saber es que una sensación térmica elevada debe observarse con cautela en particular durante el primer trimestre del embarazo. Un estudio publicado por el British Journal of Obstetrics and Gynaecology concluyó que la exposición a altas temperaturas está relacionada con nacimientos de peso levemente reducido. Las temperaturas excesivas causan que el cuerpo materno reacciones contrayendo los vasos sanguíneos como método de enfriamiento, reduciendo la cantidad de nutrientes que pasan hacia el feto.
En cuanto a aquellas mujeres que transitan sus últimas semanas de embarazo, deben saber que tienen que estar con especial cuidado para evitar partos prematuros y otras complicaciones. Estos no son motivos para entrar en pánico, pero sí para tomar medidas para protegerse a sí mismas y al bebé por nacer.
Para atravesar el calor sofocante, mantenerse hidratado es básico, sin embargo, hay que hacerlo de forma controlada, ya que el consumo exagerado de agua puede ser también nocivo para la salud. El beber agua en exceso puede llevar al cuadro conocido como “intoxicación por agua” que conduce a un desequilibrio de los electrolitos quedando el organismo expuesto a condiciones de baja concentración de sodio. Un cuadro de sobrehidratación incluye cansancio muscular, calambres y en los casos más severos, pérdida del conocimiento. Un consumo razonable de líquidos es de 1,5 a 3 litros diarios, dependiendo de la masa corporal. Buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante.
Otro consejo interesante tiene que ver con modificar la dieta. Hay que evitar las comidas pesadas ricas en grasas e hidratos de carbono y darle preferencia a los platos fríos, en particular ensaladas y frutas.