La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF; recomiendan el inicio inmediato de la lactancia en la primera hora de vida del bebé. En un informe presentado el martes, de cara al inicio de la Semana Mundial de Lactancia Materna; alertó sobre la problemática de la tardanza en el inicio de la práctica; al recordar que millones de bebés corren riesgo de vida por no ser amamantados en su primera hora de vida.
Recomendó, además, la lactancia exclusiva hasta los 6 meses y, hasta los 12, combinarla con alimentos seguros. Si es posible, continuar amamantando hasta los dos años o más. Pero, ¿qué pasa en la realidad?
Según una encuesta de la consultora TrialPanel a 380 personas; el 22% de las mamás dicen haber amamantado a su bebé hasta los 6 meses de edad; el 23% declaró haberlo hecho hasta el año; un 12% hasta los 18 meses y el 24%, más de 18 meses.
Además, un porcentaje relativamente alto (60%) utilizó leche de fórmula porque: el bebé se quedaba con hambre (40%), el retorno a la vida laboral (30%), y una tercera razón es «recomendación del pediatra» (20%).
Según un informe del año pasado realizado por la organización Global Breastfeeding Collective, dirigida por la OMS y UNICEF; en Argentina solo el 33% de los bebés de hasta 6 meses se alimentan exclusivamente con leche materna; un número similar al ya citado.
«La leche materna es como una primera vacuna para el niño. Lo protege de infecciones potencialmente letales y le da todo el alimento que necesita para sobrevivir y desarrollarse bien»; dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, respecto del último informe.
Los primeros días son oportunos para el buen desarrollo de la lactancia, especialmente porque, luego del nacimiento, el bebé se encuentra en un estado de alerta, lo que facilita la prendida y hace que sea más efectiva.
«La primera leche que se produce es el calostro que, por su gran valor nutritivo y anti-infeccioso, aporta todos los anticuerpos que el bebé necesita en sus primeros días de vida. Luego, aproximadamente al tercer día, comienza a bajar la leche. El estímulo más importante para favorecerla es la succión del bebé, ya que cada vez que es puesto en el pecho el cuerpo de la mujer libera hormonas que desencadenan la producción y expulsión de leche», detalla Ana Pedraza, Jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
«Para favorecer la succión del bebé es fundamental amamantarlo a libre demanda, sin horarios, el tiempo y las veces que lo solicite. Es habitual que coman hasta diez o doce veces por día en este período inicial. Con el crecimiento, se ajustan los horarios tanto de la demanda como de la producción de leche».
A veces lo real no es lo ideal. Casi 4 de cada 10 mujeres; está de acuerdo con que el tiempo ideal para amamantar es el primer año. Y el 60% de las entrevistadas dijo haber trabajado total o parcialmente durante este período.
Un 24% de las mamás volvieron a sus trabajos antes de los tres meses de vida de su hijo; un 32%, lo hicieron cuando cumplió los tres meses; y un 30% lo hizo entre los tres y seis meses de vida. El sacaleche es el recurso que más eligieron para mantener la lactancia (35%) durante el regreso a sus puestos laborales.
«La lactancia es una de las etapas más importantes de la maternidad ya que, al succionar; el bebé no sólo cubre su necesidad fisiológica primaria; sino que representa un momento de refuerzo en la relación con su madre.»Señalaron profesionales del Observatorio Chicco; quienes indicaron que alrededor del 70% de las mujeres usan productos como el sacaleche.
«La lactancia es un proceso fisiológico que favorece el vínculo entre la mamá y el bebé; y contribuye al desarrollo de niños capaces, seguros y emocionalmente estables. Además, la leche materna es balanceada de grasas, proteínas, minerales y vitaminas, y su temperatura es la adecuada en todo momento. Asimismo, debido a los componentes únicos –que no existen en las leches de fórmula- protegen de las infecciones como diarreas y otitis», explica la doctora Cristina Osio, jefa del Servicio de Neonatología del Sanatorio Otamendi.
El doctor Luis Azula, médico pediatra y miembro de la Subcomisión de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría, subrayó que “otros efectos positivos radican en que la leche humana contiene algunas bacterias y oligosacáridos que contribuyen a establecer una microbiota o flora intestinal saludable, que protege el intestino del bebé, favorece la absorción de nutrientes y previene enfermedades, como alergias o infecciones que pueden afectarlo”.
“Todas las leches de fórmulas buscan replicar los componentes de la leche humana, que es el mejor alimento: nos mantuvo vivos durante toda la historia de nuestra especie. Por otra parte, se trata de un vehículo para unir aún más a la madre con el hijo, fortaleciendo el vínculo afectivo; este es un elemento insustituible”, amplió el doctor Héctor Pediccino, médico pediatra y neonatólogo, miembro de la Subcomisión de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría y Presidente de la filial de la provincia de Córdoba de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Como en todo vínculo, el intercambio va y vuelve. La madre alimenta y el bebé también protege a la madre con este acto. La lactancia «ayuda a que el útero vuelva a su tamaño normal, ya que el amamantamiento estimula la liberación de la oxitocina, una hormona que produce una sensación de relajación», asegura Osio.
También se estima que la lactancia ayuda a prevenir enfermedades futuras, como cáncer de mama y osteoporosis, y si se mejorasen las prácticas de amamantamiento, se reduciría el riesgo de diabetes tipo 2 y de depresión post parto.
La fatiga acumulada durante el embarazo y el comienzo del post parto, las pocas horas sin dormir, la lactancia, el cuidado del bebé y el cuidado personal requieren de mucha energía y de un consumo adecuado de vitaminas y minerales.
Según Julieta Lupardo, nutricionista de Halitus Instituto Médico, «la alimentación materna no tiene ninguna restricción alimentaria, salvo la ingesta de alcohol, que debe estar restringida«.
Según la especialista, hay algunos puntos a tener en cuenta en la alimentación materna durante el post parto y la lactancia. «El consumo diario de frutas y verduras crudas y/o cocidas para aportar vitaminas y minerales al organismo, la ingesta de cereales (arroz, papa, fideos, tarta) es necesaria para aportar energía, consumir 2 litros de agua diarios (de 8 a 10 vasos), ingerir alimentos ricos en hierro (para proteger a la mamá del riesgo de anemia por la cantidad de sangre perdida durante el parto), asegurar un buen consumo de calcio para restituir las reservas de este nutriente y evitar un ayuno de más de tres horas».