Se define como “la intolerancia a la glucosa que comienza o se diagnostica durante el embarazo”, es independiente de si era una diabetes previa que no fue diagnosticada o si persiste post nacimiento.
A lo largo del embarazo tienen lugar una serie de modificaciones hormonales que van reduciendo de manera paulatina la sensibilidad insulínica. Desde la semana 16-18 se incrementa la insulinoresistencia de manera progresiva.
En la gran mayoría, dicha alteración se manifiesta en el segundo trimestre, cerca de la semana 24. Por lo que ese es el momento en el que se realiza la Curva de tolerancia oral a la glucosa (TTOG) a todas las embarazadas. En estos casos no suele afectar el desarrollo embrionario ni es causa de malformaciones congénitas y tiende a desaparecer luego del parto. En aquellos casos que la hiperglucemia se produce desde el 1er trimestre, si pueden asociarse con mayor riesgo fetal (malformaciones y retraso del crecimiento intrauterino.) Es importante destacar que todas las complicaciones disminuyen con el buen control metabólico.
Una mujer que ha padecido de diabetes gestacional ve incrementadas las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 con el paso de los años.
Una glucosa elevada en el organismo de la madre pasa por la placenta al futuro bebé, cuyo organismo en consecuencia produce mayor cantidad de insulina. Luego del nacimiento el recién nacido deja de recibir ese exceso de glucosa y la excesiva insulina producida supera los requerimientos de su cuerpo y puede derivar en hipoglucemia en el neonato. Deberá evaluarse en cada situación para definir si se amamantará a ese bebé lo antes posible o se le proporcionará un tratamiento específico, dependiendo de la severidad del cuadro.
En el caso de la mamá, deberá controlar su glucemia 6 semanas luego del parto y recordar, aun cuando los niveles dieran dentro de parámetros normales, que tiene un riesgo aumentado de desarrollar una diabetes tipo 2 a futuro y que la mejor prevención es modificar aquellos hábitos que pudieran no colaborar: sedentarismo, alimentación no saludable, sobrepeso, etc y realizar los controles periódicos adecuados.
Dra. María Gilligan, MN115740 endocrinóloga de Halitus Instituto Médico