Cada 28 de mayo se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, para garantizar el derecho a la salud como derecho humano de las mujeres. La concientización en salud ginecológica y reproductiva es una tarea que los médicos no dejan nunca de lado, apostando, junto a los pacientes, a realizar los controles ginecológicos regulares, a hacer consultas y estudios programados y todo lo posible para la detección precoz de distintas patologías.
El papanicolau (PAP), la mamografía y la ecografía mamaria son los principales aliados en la prevención de dos cánceres ginecológicos frecuentes en la Argentina: el de cuello uterino o cérvix y el de mama. Además, se suma el tacto vaginal o la ecografía transvaginal, para excluir problemas en otros órganos ginecológicos.
Los especialistas en la materia hacen hincapié en que “la pandemia puso en jaque estas tareas, y hace peligrar controles anuales que van en detrimento de la detección precoz por la que tanto se lucha”. Así, las sociedades científicas de todo el mundo se vieron en la obligación de ofrecer lineamientos de trabajo y atención para que los profesionales sepan dónde pararse y estar amparados para aconsejar a sus pacientes sin descuidarlas, pero tampoco exponerlas.
Según el médico ginecólogo y mastólogo Martín Loza, del Instituto Fleming, esta pandemia modificó los estándares de cuidado de la salud de la mujer, con nuevas indicaciones: “A las pacientes sanas, asintomáticas y sin antecedentes se les sugiere postergar sus controles ginecológicos y de mama habituales. Aquellas con tumores preexistentes, aunque sean asintomáticas, se les recomienda una primera consulta remota y de acuerdo a cada situación particular, se resuelve por esa vía o se procede posteriormente a consultas presenciales.”
“En primer lugar, se trata de buscar un equilibrio y consensuar con nuestro médico tratante. Al conocer nuestra historia clínica podrá ayudarnos a decidir, según antecedentes personales y familiares, si podemos diferir unos meses, o no, el control. El contacto con el profesional puede ser por teléfono, mail o teleconsulta, para evitar la concurrencia presencial. De aparecer alguna señal de alarma, nuestro médico puede pedirnos que nos acerquemos al consultorio”. Para la médica ginecóloga María Elisa Moltoni (MN 114737), “de acuerdo, por ejemplo, con las recomendaciones de la Sociedad Americana de Patología cervical y colposcopía de marzo de 2020, se propone pasar para más adelante los controles habituales de PAPs y colposcopías, pero en relación a un escalonamiento del riesgo según los antecedentes de la mujer”.
En casos de mujeres sin antecedentes de patología cervical o en casos de lesiones cervicales por VPH de bajo grado se pueda posponer con seguridad de seis a doce meses. “Si existe sospecha o confirmación de lesiones de alto grado, lo ideal sería no diferir una conducta terapéutica por más de tres meses. Si se sospecha la presencia de cáncer invasor de cuello el tratamiento no debería diferirse”, insistió.
En resumen, “en mujeres con controles normales previos se puede pasar un poco la fecha de control, siempre y cuando esté asintomática y según el juicio clínico del profesional que atiende. Si tuviera antecedentes de problemas en el cuello del útero, dependiendo de qué tipo de lesión presente la paciente se diferirá o no el seguimiento y tratamiento. Esto debe ser establecido por el médico tratante”, destacó la especialista de Halitus Instituto Médico.
Las prácticas como recepción de asesoramiento anticonceptivo, acceso a los métodos y el acceso a la interrupción legal del embarazo no son diferibles. El asesoramiento anticonceptivo (salvo la colocación de un DIU o un implante) pueden ser hechas a través de consultas no presenciales, como por ejemplo por video o teléfono.
Respecto al cuidado de la salud mamaria, la médica mastóloga Daniela Martinez Denaro (MN 136.704) señaló que “la mamografía, a veces sumada a la ecografía, permite detectar alguna anormalidad en las mamas, ayudando a descubrir lesiones malignas antes de que sean palpables. Cuanto más precoz la detección, mejor”.
“En lo que respecta al cáncer de mama, estamos viendo que hay un 70% de pacientes que no están realizando sus chequeos por temor a salir a la calle”, alertó el presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) Juan Luis Uriburu, quien remarcó que “del mismo modo disminuyeron también los controles de otras patologías que pueden requerir un ajuste de la medicación, y que en caso de no hacerlo el riesgo puede ser mucho mayor.”
Es por eso que los controles mamarios no deben dejarse de lado. “Las pacientes de alto riesgo familiar o genético, o que estén realizando tratamiento de quimioterapia, radioterapia u hormonoterapia, deben contactarse con sus médicos para que las guíen cómo realizar los controles de seguimiento, sin dejar pasar el tiempo recomendado”, sostuvo la especialista, para quien “las pacientes que se encuentran dentro de los primeros cinco años posteriores a la cirugía no deben dejar pasar el control clínico e imagenológico, tal como lo indique el mastólogo. En estos primeros años es donde se encuentran la mayor incidencia de recaídas”.
“Las pacientes que tienen categorización por imágenes BIRADS 3, que están en seguimiento cada seis meses, o para los controles habituales de mujer sana, se recomienda recurrir a la telemedicina, que no reemplaza la consulta presencial, pero servirá para evacuar las dudas y planificar de manera organizada la atención por consultorio”, destacó Martinez Denaro, para quien “las mujeres que durante el autoexamen mamario mensual notan algo sospechoso o nuevo, deben ponerse en contacto con su mastólogo. No deben quedarse con la duda, no se sabe hasta cuándo dura el estado sanitario de alarma. El médico sabrá indicar los procedimientos más indicados y menos riesgosos”.
Muchas fueron las noticias sobre cuánto se dejó de recurrir al médico como consecuencia de las medidas tomadas por el avance del COVID-19. “Hacer una evaluación inteligente y en conjunto con los médicos tratantes, permitirá saber cuánto podemos o no, posponer los controles. Las guías de las sociedades médicas sólo sugieren pasos a seguir que necesitan de una decisión profesional detrás”, destacaron las especialistas.
Por supuesto, todas las visitas ya sean a consultorio o para realizar estudios, deben respetar las medidas de seguridad de la Organización Mundial de la Salud y las que recomienda el Gobierno Nacional: usar tapabocas, lavarse las manos, utilizar el alcohol en gel proporcionado en los centros asistenciales, y el aislamiento social.
“El COVID-19 va a estar con nosotros durante un largo tiempo, podemos continuar tomando recaudos en consultorio y en los centros asistenciales para proteger las pacientes que concurren a los mismos”, concluyeron.
Uriburu remarcó que los estudios de seguimiento de pacientes con cáncer de mama deben continuar: “Aquellas pacientes que tengan otras enfermedades o condiciones que las coloca dentro del grupo considerado de alto riesgo para el Covid-19, podrían esperar unos meses para efectuar sus estudios. Pero si la paciente está fuera de ese grupo y estaba en tratamiento o seguimiento, deben realizarse todos los controles tomando los recaudos necesarios”. En tanto el vicepresidente de la SAM, Luciano Cassab, agregó: “Ante un diagnóstico de sospecha, las punciones biopsias que aclaren la etiología, también deben realizarse».
“Las mujeres operadas de cáncer de mama, finalizado el eventual tratamiento quimioterápico y/o radioterápico deben realizar controles clínicos cada tres meses los primeros años con mamografía y ecografía anuales. Es fundamental el diagnóstico precoz ante una eventual recaída en la mama o en el lecho de la mastectomía dado que debe ser tratada en el momento de su confirmación y no demorar el tiempo para resolverlo. En estos casos la consulta no debe postergarse por la pandemia”, destacó Federico Coló, director médico del Fleming.
En relación a cómo proceder con los estudios efectuados antes de la cuarentena y que el medico no llegó a ver, “una opción es solicitar al centro de diagnóstico que envíe los mismos de manera digital y luego, acercárselos al médico solicitante en forma presencial o virtual (videoconferencia, email o whatsapp)», precisó Uriburu.