La comunidad NoFap y su foro, fundado en 2011 por un desarrollador web de la ciudad de Pittsburgh, Alexander Rhodes, toma su nombre de una tira cómica japonesa de 1999 que utilizó «fap» como sinónimo onomatopéyico del acto de masturbarse.
En su sitio web se describen como «una plataforma integral de salud sexual» centrada en la «recuperación de la adicción a la pornografía» con el lema: «Obtenga un nuevo control sobre la vida». Las personas pueden unirse a un programa de pago, que incluye pautas y material motivacional para dejar la pornografía y controlar los «comportamientos sexuales compulsivos», además de acceso a reuniones de apoyo en línea. El sitio también vende merchandising: tazas y alfombras con el logotipo de NoFap y remeras con lemas como «People Over Porn», las personas sobre el porno.
Un día de semana promedio se conectan por noche 1.700 hombres y, según los informes, algunas mujeres. Algunos hablan públicamente sobre sus experiencias de abstinencia pero la mayor parte de la discusión en línea está dedicada a personas que solicitan apoyo y recursos para continuar en sus propias promesas individuales de no masturbarse.
«La utilización excesiva de la pornografia y la autoestimulación como reemplazo de los vínculos reales no solo afecta los aspectos psicológicos de los que las practican, sino que, como muchas adicciones, se puede extender a otras áreas de la salud, afectando el funcionamiento del organismo», explicó consultada por este medio Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico.
¿Pero por qué creció tanto esta comunidad? ¿Es esto, como algunos académicos han afirmado, una reacción milenaria contra la tecnología que se infiltra en cada parte de nuestras vidas? ¿Un retorno a valores más puritanos? ¿O un retroceso contra la creciente influencia e impacto de la pornografía en línea?
El impacto problemático de la pornografía no es noticia: una encuesta realizada en 2018 por la organización benéfica Relate encontró que el 47% de los terapeutas había visto un aumento en el número de clientes que decían que la pornografía estaba causando problemas en sus vidas sexuales. Y el 24% de estos problemas están directamente relacionados con la disfunción eréctil u otros problemas de rendimiento masculino durante el sexo que atribuyen a la influencia de la pornografía.
Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, si bien existen grupos y páginas de ayuda para controlar el deseo de ver porno y masturbarse, la conducta impulsiva debe diferenciarse de las ganas que muchas personas tienen de conectarse con este tipo de material. «Por lo general estos foros proponen una serie de consejos para frenar la adicción. Sin embargo, la sexualidad no es solo una conducta manifiesta, sino que existe una serie de factores que influyen y que se deben tener en cuenta a la hora de sugerir cambios comportamentales», aseveró.
NoFap no se considera anti-porno, o incluso anti-masturbación, pero tiene como objetivo devolver a las personas a su «yo pre-porno». Los adherentes citan como inspiración a las celebridades, incluidos los boxeadores Mike Tyson y Muhammad Ali (que se abstendrían de masturbarse antes de los partidos importantes) y el fundador y ex CEO de Apple, Steve Jobs, quien, según los informes, no eyaculaba porque quería «ahorrar energía» para el trabajo. La creencia en los beneficios para la salud física de la «retención de semen» no es algo que todos los «NoFappers» tengan, pero a menudo se hace referencia en los foros.
En 1760, el médico suizo Samuel-Auguste Tissot escribió sobre la «enfermedad» de la masturbación. Argumentó que el semen era un «aceite esencial» y cuando se pierde del cuerpo en grandes cantidades causa una reducción en la fuerza masculina, la memoria y la razón. Más tarde, las ideas de Tissot fueron reforzadas por médicos como el estadounidense Benjamin Rush, que creía que la masturbación causaba ceguera.
«En realidad -continuó el experto- se sabe que la descarga de tensión del orgasmo es más beneficiosa que la retención, lo cual podría generar más ansiedad y distracción. Por supuesto que la sexualidad es singular, cada persona encuentra el modo de sublimar o de retener las tensiones sexuales. Además la experiencia orgásmica no es solo la descarga, es la conexión con sensaciones placenteras, con el cuerpo propio y del otro, con el deseo y con las ganas de repetir la experiencia vivida».
Para la licenciada Cecilia Ce, terapeuta de pareja y familia y sexóloga clínica, el sexo en las personas es algo saludable, por eso es tan complejo pensar que lo que se juzga es la masturbación o el sexo. «No se juzga eso, sino que la manera que tienen esas personas de vincularse con esa actividad sea patológica. Y parte de la recuperación de cualquier adicción es la de la abstinencia», indicó Ce.
En algunos hombres el deseo sexual puede incrementarse llevando al sujeto a tener necesidad de masturbarse (más probable) o a encuentros sexuales (menos probable) y a tener como mínimo 7 orgasmos semanales. Esta condición de aumento del deseo sexual, que puede aparecer desde la adolescencia y persistir durante toda la vida o puede ser transitoria, se denomina hipersexualidad.
El incremento del deseo sexual de tipo hipersexual es más frecuente en hombres y las hipótesis causales apuntan a la testosterona y al circuito de recompensa mediado por el transmisor dopamina (circuitos de inhibición del control del deseo o de incremento de la excitación). Las mujeres han sido menos estudiadas aunque hay referencias de hipersexualidad femenina con trastornos de ansiedad, depresiones y trastorno bipolar.
«En el extremo patológico se encuentran aquellos hombres (y con menos frecuencia mujeres) que necesitan imperiosamente mirar porno, masturbarse y/o tener encuentros sexuales urgentes. La fuerza impulsiva orienta al sujeto a conseguir un estímulo sexual que le permita bajar los altos niveles de tensión psíquica. La masturbación compulsiva, el ‘sexo express’ y la búsqueda imperiosa de material pornográfico, son algunas de las conductas más frecuentes», indicó Ghedin.
Así como la moderna nutrición investiga y propone modelos nutricionales para mantenerse saludables acorde al estilo de vida de las personas en la actualidad y a no dejarse llevar por la oferta de productos no saludables, los especialistas en sexología y medicina sexual orientan y ayudan a las personas que, muchas veces se sienten confundidos ante las numerosas nuevas ideas acerca del comportamiento sexual. Para Literat, no hay un modelo sexual para todo el mundo y muchas veces es importante realizar una consulta que despeje la confusión y permita volver a lo que es mejor para cada individuo
«Volver a una sexualidad saludable no significa volver a prácticas medievales que tampoco eran saludables. Significa poder ejercer esta función tan importante para la salud y la autoestima de una manera coherente, cuidadosa y respetuosa con uno mismo y con los demás», conlcuyó la especialista.
Por Belen Filgueira