Durante el sexo, todo es diversión y placer. Sin embargo, cuando entran en escena los gérmenes y las infecciones, la situación puede ponerse bastante fea. Por eso, desarrollar hábitos de higiene saludables después del acto sexual es fundamental.
Ya sea que se trate de un acto sexual con alguien del mismo sexo, con un juguete sexual o de una relación sexual heterosexual, a menudo los especialistas sostienen que la regla más importante a seguir en el caso de las mujeres sexualmente activas es vaciar la vejiga dentro de los 15 minutos posteriores al sexo.
Y a menos que esto se haga, las infecciones de las vías urinarias (IVU), que cuando se tratan rápida y adecuadamente, es poco común que tengan complicaciones, pero si se dejan sin tratar, pueden tener consecuencias graves. La razón por la cual las mujeres contraen infecciones urinarias después del sexo es que la uretra es muy corta y la vejiga está cerca de ella, por lo que durante el sexo penetrante se permite que las bacterias accedan directamente a la vejiga.
«Las infecciones de las vías urinarias pueden aparecer cuando existe una una predisposición o porque, tal vez, se depositan bacterias Escherichia coli dentro de la vagina que migran a la vía urinaria y generan la infección. A veces sucede que el mismo flujo de la mujer contaminado con hongos o bacterias migra hacia la vía urinaria, se deposita y también la produzca» , aseveró en diálogo con este medio la médica sexóloga clínica y ginecóloga Beatriz Literat, Médica (MN 50294).
Según una investigación que publicó The Journal of Family Practice, las mujeres sanas que orinan dentro de los 15 minutos posteriores a la relación sexual pueden ser ligeramente menos propensas a desarrollar una infección del tracto urinario que las mujeres que no lo hacen. Además, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos del Distrito II del Estado de Nueva York recomienda orinar después de las relaciones sexuales para prevenir la cistitis recurrente.
Hacerlo reduce la posibilidad de la infección. Las bacterias pueden ingresar a la uretra en el momento del sexo, pero al orinar estos gérmenes se expulsan del organismo junto con la orina.
Además, los médicos señalan que, a diferencia de los hombres, la eyaculación femenina no se produce a través de la uretra por lo que la única forma de arrastrar y expulsar todas aquellas sustancias o partículas que se introducen durante la penetración, es a través de la micción, por lo que se recomienda no olvidarse de esta acción una vez finalizado el acto sexual.
Sin embargo, para la especialista, una vez finalizado el acto sexual «no es indispensable ningún tipo de higiene específica para prevenir infecciones, congestiones o inflamaciones». «La relación sexual -explicó- es una actividad fisiológica para la cual el cuerpo posee los recursos para volver a la normalidad después de la misma».
Pata Literat, normalmente, cuando se utilizan geles o anticonceptivos de uso local se recomienda no optar por las duchas ni los lavados vaginales porque se barre con el efecto químico del mismo. «Si una mujer usa geles asociados a diafragmas y anillos con estrógenos utilizar duchas vaginales podría significar que el efecto anticonceptivo disminuya», agregó.
Las duchas vaginales intravaginales interrumpen el delicado equilibrio natural de las bacterias vaginales que mantiene su estado de salud, y reducen la cantidad de lactobacillus. Al intentar limpiar el cuerpo, en realidad se lo está exponiendo a un mayor riesgo de infección.
Según advierte la especialista, el semen no es algo contaminante ni sucio que requiera que después de una relación sexual la mujer necesite lavarse. A lo que normalmente se acostumbra (si no hay intensiones de alcanzar un embarazo) es a dejar que se escurra de la vagina al orinar. «La flora vaginal normal o los lactobacilos, la bacteria que promueve el ácido y suprime el crecimiento de gérmenes no naturales, son suficientes para mantener la higiene o las prevenciones de infecciones comunes, por lo tanto no se necesita la utilización de sprays, ni de cremas o jabones especiales para los genitales femeninos», sostuvo Literat.
La limpieza post-coito no debe incluir ningún tipo de duchas, toallitas, cremas o aerosoles. Si bien generalmente suponemos que estos ayudan a refrescar las partes privadas, podrían terminar dañando el área. Algunos de ellos están hechos de jabones fuertes, detergentes, perfumes o lociones que pueden agrietar la piel dentro y provocar lesiones. Enjuagar el área con agua tibia es suficiente.
Para los hombres y las mujeres, a menudo existe el deseo de sentirse menos «mojados» después del sexo. Si este es el caso, la limpieza suave de los genitales externos con agua es perfectamente segura: no es necesario frotar y se recomienda evitar los jabones fuertes. Es un mito que se pueden «eliminar» las infecciones de transmisión sexual después del sexo al ducharse, por lo que es vital anticiparse y cuidar de la salud sexual con el uso correcto del preservativo, la única barrera que evita la transmisión sexual del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.