En el marco de la celebración del Día Mundial del Orgasmo Femenino, y con el objetivo de discutir abiertamente sobre cuestiones relacionadas con la sexualidad, sobre las virtudes del orgasmo y de tener una vida sexual activa, el equipo de profesionales de la sección de sexología de la División Ginecología del Hospital de Clínicas llevó a cabo una encuesta entre las mujeres que concurrieron a los consultorios.
«Los resultados nos llamaron mucho la atención: el 30% de las mujeres no experimenta orgasmos y el 12% nunca tuvo uno, ni sola, ni con sus parejas», explicó Silvina Valente, médica especialista en sexología clínica y tocoginecóloga y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH).
¿Qué es un orgasmo? ¿Cómo podemos definir un momento de placer? De acuerdo con la especialista, el orgasmo es «la consecuencia del encuentro entre dos o más personas dispuestas a abandonarse a sus sensaciones, a sentir placer, a encontrarse y a conocerse sin tabúes, sin vergüenza y sin temores. En especial, sin el miedo a hacer el ridículo. En el sexo, tenemos que estar dispuestos a pedir lo que nos gusta, a liberar nuestras fantasías y a vivir un momento agradable».
El año pasado, Erotique Pink, la primera boutique erótica online para mujeres, y la SASH realizaron un informe que reveló que el 20% de las mujeres argentinas es anorgásmica, es decir, que no alcanzan el orgasmo o rara vez lo hacen. A nivel mundial no alcanzar el orgasmo es algo frecuente y afecta alrededor del 30% de mujeres. Puntualmente en Estados Unidos, Europa, América Central y del Sur, el número de mujeres varía entre 16% y 28% y en Asia los números alcanzan el 40%.
«Algunas mujeres tienen más de un hijo y jamás experimentaron un orgasmo, lo confunden con la excitación o con la sensación de intimidad con su pareja o también con el orgasmo de él. Lo cierto es que cada vez son más las mujeres que creen que el encuentro sexual finaliza cuando el hombre eyacula y que por múltiples razones no continúan en búsqueda de su placer», afirmó Valente.
Mientras que la sensación de placer para los hombres se localiza principalmente en la región del pene, las mujeres experimentan un placer orgásmico de pies a cabeza. Además, a diferencia de los hombres, las mujeres tienen un período muy corto o incluso no refractario, y pueden alcanzar orgasmos múltiples si se les estimula aún más.
En contraposición a la eyaculación masculina, las mujeres no tienen un marcador claro para el orgasmo, por lo que deben confiar en las pistas sobre su fisiología para determinar si llegaron al clímax. Rara vez a las mujeres se les habló sobre la importancia de la autoexploración, los orgasmos, de reconocer el cuerpo y sentirse a gusto. Los prejuicios actúan como un crítico interno que desmerece las capacidades propias, poniendo en duda el atractivo e impide que la mujer libere sus habilidades en la cama.
Hay mujeres que tienen orgasmos por penetración, otras que pueden obtenerlo tanto por la estimulación del clítoris como por penetración y otras que llegan al clímax solo por «tocar» el clítoris. Todas estas formas son posibles y cada una responde a la manera fisiológica y psicológica de conseguir el orgasmo.
La especialista brindó una recomendación que parece resultar vital en la cuestión: «La clave del orgasmo está en la pérdida de control, en eso radica todo el sentido. En un orgasmo se pierde, por unas milésimas de segundo, el control de la corporeidad, que es tan consciente en la excitación. Hay que permitirse perder el control; es probable que muchas mujeres no quieran, o no puedan pasar por la experiencia con total libertad y sin prejuicios. Lo placentero está ligado a si me dejo llevar por lo que siento o si estoy alerta a ver qué me pasa, pensando cómo me veo, cómo luzco en ese momento, qué imagen estoy dando, qué siento a nivel físico o si al otro le gustará o no».
Una investigación realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, afirmó que, cuando el clítoris entra en escena, más de un 40% de las mujeres llega al orgasmo en más del 75% de las ocasiones. Tan solo un 18% reconocía poder llegar al clímax únicamente con la penetración vaginal.
El psicoanalista Sigmund Freud distinguió los orgasmos femeninos como clitorianos en jóvenes, y vaginales en aquellas con una respuesta sexual saludable. En contraste, la investigadora y educadora sexual Betty Dodson clasificó al menos nueve formas diferentes de orgasmo, sesgadas hacia la estimulación genital. Una selección de ellas:
-Orgasmo vaginal: los orgasmos vaginales penetran profundamente en todo el cuerpo, irradiando desde los genitales. Las paredes vaginales musculares se contraen rítmicamente durante estos orgasmos.
¿Cómo lograrlo? El tipo de orgasmo más conocido es en realidad el más difícil de conseguir. Las posiciones sexuales que alcancen la máxima profundidad y la comunicación constante garantizan que se mantengan los mejores puntos y ritmos.
Un estudio publicado en The Journal of Sex and Marital Therapy descubrió que casi el 37% de las mujeres necesitaba estimulación del clítoris para experimentar el orgasmo, en comparación con el 18% de las mujeres que dijeron que la penetración vaginal por sí sola era suficiente.
-Orgasmo clitoriano: cuando se estimula el clítoris, un orgasmo separado explota a través de la superficie de la piel, provocando una sensación de hormigueo.
¿Cómo lograrlo? A través de patrones circulares o del juego oral.
– Orgasmo del punto G: el punto G está escondido dentro de la vagina y, a menudo, requiere posiciones especiales o estilos exclusivos de juego previo con los dedos.
¿Cómo lograrlo? Lograr orgasmos en el punto G sin una pareja puede ser un desafío, pero la masturbación con juguetes sexuales curvos puede servir.
-Orgasmos combinados: una variedad de diferentes experiencias orgásmicas combinadas.
-Orgasmos múltiples: una serie de orgasmos durante un período corto en lugar de uno singular.
-Orgasmos a presión: orgasmos que surgen de la estimulación indirecta de la presión aplicada. Una forma de autoestimulación que es más común en los niños.
-Orgasmos de relajación: orgasmo derivado de la relajación profunda durante la estimulación sexual.
-Orgasmos de tensión: una forma común de orgasmo, a partir de la estimulación directa, a menudo cuando el cuerpo y los músculos están tensos.
Exitación
Cuando una mujer es estimulada física o psicológicamente, los vasos sanguíneos dentro de sus genitales se dilatan. El aumento del suministro de sangre hace que la vulva se hinche y que el líquido pase a través de las paredes vaginales, haciendo que la vulva se hinche y se humedezca. Internamente, la parte superior de la vagina se expande.
La frecuencia cardíaca y la respiración se aceleran y la presión arterial aumenta. La dilatación de los vasos sanguíneos puede hacer que la mujer parezca sonrojada, particularmente en el cuello y el pecho.
«El orgasmo tiene una parte mecánica que se compone del llenado de los tejidos pélvicos de sangre hasta un volumen cercano al litro o más, que queda ‘capturada’ en los vasos sanguíneos y que genera un aumento de la temperatura y el estímulo de los nervios pélvicos hasta detonar el reflejo orgásmico, que se podría comparar al reflejo del estornudo», explicó consultada por este medio Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico.
Meseta
A medida que el flujo sanguíneo al introito (el área inferior de la vagina) alcanza su límite, se vuelve firme. Los senos pueden aumentar de tamaño hasta en un 25% y el aumento del flujo sanguíneo a la areola, el área que rodea el pezón. El clítoris se tira hacia atrás contra el hueso púbico, aparentemente desapareciendo.
Orgasmo
Los músculos genitales, incluidos el útero y el introito, experimentan contracciones rítmicas separadas por 0,8 segundos. El orgasmo femenino generalmente dura más que el masculino en un promedio de alrededor de 13-51 segundos.
A diferencia de los hombres, la mayoría de las mujeres no tiene un período refractario (de recuperación) y, por lo tanto, pueden tener orgasmos adicionales si se les estimula nuevamente.
Resolución
El cuerpo vuelve gradualmente a su estado anterior, con reducción de la hinchazón y la disminución del pulso y la respiración.
Sin embargo, según explicó a Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, la respuesta sexual femenina no es lineal como se presenta en los hombres (deseo, excitación, meseta para terminar en el orgasmo), sino circular, donde primero aparece la excitación y luego el deseo. «Según explica Rosemary Basson, profesora clínica en el Departamento de Psiquiatría y directora de la Universidad de Columbia Británica de Medicina Sexual, éste deseo estará determinado por el grado de intimidad y de estímulos que reciba, retroalimentando el circuito», aseveró el experto.
En síntesis: en el comienzo de las relaciones las mujeres pueden tener «ganas» (como sucede con los hombres) pero a medida que avanza el compromiso vincular será fundamental la intimidad y la calidad del encuentro erótico para que el deseo se encienda. El modelo de Basson ayuda a dar respuesta a la clásica pregunta si el deseo femenino necesita solo de la estimulación genital o es además importante el juego previo, el contacto de otras zonas erógenas y el poder de la fantasía.
«Es importante saber que una relación sexual no es sinónimo de coito vaginal o penetración vaginal. Días de festejo así hacen que muchas mujeres logren experimentar un orgasmo, reconocerlo o incluso pedirlo. Logra que las mujeres sepan que sentir es un derecho divertido», puntualizó Valente.
«Es importante recordar además que todas las mujeres tenemos la capacidad para tener un orgasmo, es cuestión de reconocimiento y aprendizaje», explica la especialista y destaca la importancia de la consulta a tiempo cuando una mujer siente que las cosas no van bien en lo sexual. «Se trata de confiar en un espacio dónde canalizar las dudas. Las consultas se trabajan con un equipo multidisciplinario de profesionales dedicadas especialmente a la sexualidad de la mujer», sintetizó.