Controles y calidad de vida
Pasqualini recordó que “existen tantos casos y problemáticas como mujeres u hombres llegan a la consulta, cada uno es particular”. Hay cosas que pueden tenerse en cuenta para su cuidado, según recopiló el especialista.
– Realizar controles médicos periódicos para evaluar la salud en general. En las mujeres, realizar control ginecológico anual que ayude a detectar o controlar distintas afecciones ginecológicas que podrían ocasionar consecuencias importantes como la infertilidad. Por su parte, es recomendable que el hombre realice un espermograma, cuanto más temprano mejor, para evaluar su capacidad reproductiva.
– Además, trabajar de manera consciente en la calidad de vida, que permite controlar aquellos factores no fecundantes que alteran la reproducción. Diversas investigaciones demostraron que epidemias como el tabaquismo, la obesidad, las adicciones y las deficiencias nutricionales, tienen graves repercusiones reproductivas. Por eso es necesario comer saludablemente, no fumar ni consumir drogas ilegales o alcohol en exceso y realizar actividad física.
– Tener en cuenta la estrecha vinculación que existe entre la mente y el cuerpo. El estrés, la angustia y ansiedad pueden repercutir negativamente en la búsqueda de un hijo. Estudios realizados demostraron que las actividades mente-cuerpo pueden aumentar la frecuencia de embarazos naturales espontáneos cuando están dadas las condiciones para que ello ocurra; así como la efectividad de los tratamientos de fertilización asistida. Utilizar estas herramientas como forma para mejorar física, emocional y psicológicamente implica que se movilicen recursos que produce el propio cuerpo y así generar drogas endógenas que impulsan a vivir en un estado de plenitud. Además de disminuir el estrés pueden mejorar situaciones más adversas.
– Preservar la fertilidad. En la mujer, la edad más fértil va de los 20 a los 30 años. Luego baja levemente hacia los 35 años y a partir de allí se evidencia un descenso de la reproducción no solo por tener menor calidad en sus óvulos y mayor riesgo de aborto sino también por otros factores de riesgo que se incrementan. En el hombre, existe un declinar de la función testicular gradual pero inexorable y real. Por eso, si se decide postergar el momento de ser padres, sería importante considerar la posibilidad de criopreservar óvulos o espermatozoides. El beneficio es que se conservan gametos de la «edad» del momento en que se congelaron.