Los óvulos son limitados y, con el paso de los años, esa cantidad disminuye. “Cuando una mujer nace hay determinada información que dice cuánto va a durar la vida útil de sus ovarios desde el punto de vista reproductivo. Esta función ovárica viene condicionada genéticamente”, explica el doctor Sergio Pasqualini, director Científico de Halitus Instituto Médico.
Sin embargo, esa información suele ignorarse hasta después de buscar un embarazo y no obtener éxito en el propósito.
En realidad, conocer este dato es muy simple, solo que no forma parte de la rutina del control ginecológico como lo es el Papanicolaou o el control mamario; “por eso, cada profesional, más si es el ginecólogo habitual, debería conocer sobre la planificación reproductiva de la mujer que lo consulta. Cuáles son sus deseos, su situación personal, etc. y asesorar en ese sentido”, indica Pasqualini.
¿Cómo es la evaluación?
La evaluación es sencilla y nada costosa: consiste en analizar las hormonas relacionadas con la reserva ovárica, como la FSH, LH, estrógenos y la hormona antimulleriana, así como también una ecografía realizada en los primeros días del ciclo para evaluar el tamaño de los ovarios y la cantidad de folículos pequeños.
Esos datos alcanzan para saber cómo está la reserva ovárica de la mujer en relación con su edad.
¿Cuál es el momento indicado para hacerlo?
Cuanto antes mejor; diferentes estudios demostraron que la fertilidad máxima en la mujer se da a los 25 años y disminuye en forma paulatina hasta los 30 años; luego se acelera hacia los 35 y de ahí en adelante, sobre todo después de los 38, la pérdida se acentúa.
“Eso es lo normal, lo que le ocurre a la mayoría, sin embargo, cada caso es particular. No se puede predecir el ritmo de deterioro. Se puede saber cómo está en el momento que se lo estudia, pero el ritmo de perdida no. Lo ideal es criopreservar óvulos antes de los 35 años”, aclara el experto.
Sin embargo, Pasqualini calma un poco las aguas: “Es importante tener en cuenta que hay mujeres que poseen una reserva ovárica subóptima, o que se las estimula y no responden en forma adecuada, y eso no significa necesariamente que no puedan embarazarse en forma natural”. La medicina no es matemática y nunca se sabe cómo responderá el organismo.
¿Para qué sirve conocer la reserva ovárica?
Se trata de una herramienta que permite tomar la decisión de vitrificar óvulos y, de esta forma, contribuir a la planificación familiar.
La vitrificación consiste en una técnica de congelamiento de óvulos. Se estimulan los ovarios con hormonas para que se produzcan varios óvulos –la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del ovario-, luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación. Estos permanecerán en el centro de fertilidad hasta que la mujer decida ser madre, si esto no se produce de forma natural.
Conocer la reserva ovárica y criopreservar, entonces, es una herramienta simple y relativamente económica de poner la fertilidad a resguardo.