Es una respuesta adaptativa del organismo para adecuarse, pero si la situación estresante se sostiene el tiempo, la reacción adaptativa deja de ser una medida saludable y se convierte en un factor que lo vuelve proclive a disfunciones, anomalías y enfermedades afectando el sistema inmunológico, el sistema psíquico, el sistema endocrino y la psiquis. El stress impacta en todo el organismo, por eso, requiere de un abordaje integral de mente – cuerpo. Y, si bien no es causa de infertilidad puede incidir en el logro- o no- de un embarazo.
La Psiconeuroendocrinoinmunología (PNEI) dice que los 4 sistemas, el psíquico, el neurológico, el endócrino y el inmunológico, funcionan como una unidad, como una pieza de relojería y que además están en constante comunicación a través de sustancias mensajeras. Que cuando uno de estos sistemas se desequilibra, afecta al resto. La PNEI habla de la comunicación mente-cuerpo y de la importancia de las emociones como puente entre ambos. El stress es un mecanismo que nos prepara para accionar. Esta posibilidad viene con nuestra naturaleza. Nuestro cerebro detecta una amenaza y el cuerpo recibe todas las sustancias que le permiten ponerse en acción para resolverla. El hombre actual percibe tantas amenazas que no puede resolver todas en el momento y el organismo produce las mismas sustancias que quedan dando vueltas en el organismo y genera respuestas adictivas a esa química de tensión.
¿Cómo incide el estrés en la fertilidad?
Si bien el mecanismo por el cual el stress puede alterar el resultado de una FIV no está establecido, se sabe que la reacción cerebral provoca en los demás sistemas una respuesta de adaptación pero, si es excesiva, puede resultar en diversas enfermedades secundarias, entre ellas alteraciones reproductivas que dificulten la llegada de un embarazo.
En las mujeres podría provocar variaciones en los niveles de liberación de LH y de estradiol, causar alteraciones ovulatorias, fallas de implantación y abortos. El momento crucial en una fertilización in Vitro es la implantación embrionaria. Hay estudios avanzados que muestran el rol relevante del sistema inmune en este momento y, como está probado el rol del stress sobre el sistema inmunitario y desequilibrio en las respuestas celulares, esto también puede incidir en el resultado de un tratamiento.
Los hombres también padecen cuando su pareja debe enfrentar un tratamiento de infertilidad, y más aún si enfrentan un factor masculino. El stress, además, podría provocarles impotencia, aneyaculación y oligospermia con alteración de la calidad del semen. Incluso hay trabajos que muestran que podría incidir en el volumen seminal- por disminución de los niveles de testosterona- y en el porcentaje de espermatozoides de forma normal. Por último, los altos niveles de stress pueden incidir en la continuidad del tratamiento de reproducción asistida, por eso es importante todo lo que la pareja pueda hacer para disminuirlo.
No quedan dudas de la existencia de distintos matices que entrelazan factores psicológicos con los fisiológicos. El tratamiento de fertilidad conlleva un alto nivel de stress que disminuye las probabilidades de éxito. Si bien está demostrado que el pico de stress para las parejas que están atravesando la experiencia de infertilidad se ubica entre el segundo y tercer año de intento, los síntomas de angustia y ansiedad pueden observarse más temprano.
Por todo eso, es que en Halitus implementamos las actividades de Mente- cuerpo.