El cuerpo y la mente están intrínsecamente ligados y la interacción entre ambos tiene influencia directa sobre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. La medicina mente-cuerpo atiende las necesidades emocionales, cognitivas, físicas, nutricionales, vinculares, espirituales y energéticas. Hoy la ciencia acepta la cercanía de esta medicina mente-cuerpo que necesita del vínculo médico-paciente, de la participación activa del paciente y de una medicina que pueda atender todas sus necesidades y no sólo las físicas. Cada vez más, las herramientas propias de una persona pueden hacer la diferencia y sanar su vida, su cuerpo y su alma.
Lo primero que hay que comprender es que existen mecanismos bioquímicos que regulan procesos fisiológicos que se asocian al avance de una enfermedad o de una incapacidad y que están originados en estados emocionales y actitudes psicológicas. Hay emociones que ponen en movimiento sustancias químicas que desencadenan en el cuerpo determinadas reacciones. Cada persona posee recursos propios para movilizar el curso de su propia biología. Y existen técnicas para poner en movimiento esos recursos y mejorar la calidad de vida de las personas.
Las emociones y las creencias pueden controlar el desarrollo de la vida al incidir sobre el comportamiento y la actividad genética. La base está en la Psicoinmunoendocrinología, que se refiere al estudio de las interacciones entre los procesos de adaptación de conducta, neuronales, endocrinos e inmunológicos y cuya base fundamental es que el equilibrio. Requiere de la interacción entre el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema inmune. Pero debe partirse de la base de comprender que la mente se encuentra en todo el cuerpo, cada actitud, cada emoción, cada información que el cerebro genera provoca una respuesta corporal que deja huella.
Cada vez que pensamos, sentimos, imaginamos o actuamos generamos un mecanismo químico que puede sumar o restar. Un estado emocional también es un estado psicológico, no se puede separar del cuerpo. Cuando vos sentís algo es justamente un mecanismo químico, una sustancia que va a impactar en una célula. En el momento que impacta se produce la sensación. Por lo tanto, tenemos un maestro maravilloso que es nuestro cuerpo para nosotros: una sensación de malestar está indicando que hay un mecanismo químico que no es bueno, que vulnera nuestra integridad y entonces, el primer sistema comprometido es el inmunológico.
En Halitus el logro del embarazo se encara no sólo desde la perspectiva de salud reproductiva tradicional sino desde una estrategia multidisciplinaria, con el objetivo de mejorar los resultados de los tratamientos y aportar un bienestar general y una mejor calidad de vida. Para ello, una visión integral de la pareja y la patología es fundamental. Las medicinas alternativas son el perfecto complemento a la medicina tradicional: se basan en el concepto de que todos los aspectos de la vida del paciente – emocional, física y espiritual – impactan de una manera u otra sobre su fertilidad.
Es una herramienta poderosa que permite optimizar cualquier tratamiento médico.
Las personas se van a ejercitar en activar sus propios recursos, para modificar su química interna generando las drogas endógenas necesarias para que el tratamiento que realizan tenga mayores probabilidades de éxito.
Cada persona tiene su propio “laboratorio”, y puede aprender a estimular sus propias drogas según sus necesidades y deseos: estimulantes, ansiolíticos, antidepresivos, analgésicos, etc. Cada uno puede influir sabiamente sobre todo sus sistemas de regulación mente-cuerpo. Esa sabiduría tiene que ver con el conocimiento de uno mismo. Esto se logra mediante actividades específicas que disminuyen los niveles de stress y permiten conectarse con esa sabiduría.
La mente y el cuerpo en la infertilidad tiene tres pilares fundamentales: Medicina mente cuerpo, que estudia la interconexión e interacción de la mente y el cuerpo y su influencia sobre la salud reproductiva, Medicina tradicional china, que busca el reequilibrio y reeducación de todo el organismo y, finalmente, la consulta psicológica, que atiende la angustia y la ansiedad asociado al tránsito por tratamientos de reproducción asistida y la incertidumbre de los resultados. Esto independientemente del tiempo y del diagnóstico por el que no se logra el embarazo. El Programa asiste los diversos niveles de estrés y predispone al paciente en forma positiva con un doble objetivo: por un lado, prepararlo física, emocional y espiritualmente a enfrentar el tratamiento de reproducción asistida y, por otro, mejorar sus resultados.