Es la subida de la presión arterial a partir de las 20 semanas de gestación asociada a una pérdida de proteínas por la orina. Todavía se desconoce la verdadera causa que la origina. Lo que se sabe, es que se vincula con el desarrollo de la placenta y en cómo invade la pared del útero.
La preeclampsia es una de las complicaciones más frecuentes en el embarazo, y compromete entre el 5-10% de las mujeres en los países desarrollados.
¿Qué cuidados debo tener?
La medida más eficaz es prevenir la hipertensión y, para ello, lo recomendable es fomentar hábitos saludables como: restringir la ingesta de sal, moderar el consumo de alcohol, consumir abundantes frutas, verduras y alimentos bajos en grasa, reducir y controlar el peso, realizar actividad física, entre otros.
Para poder determinar el riesgo propio que cada embarazada posee se le realiza un estudio a las 12 semanas, en el mismo momento en que se realiza el screening del 1er trimestre (translucencianucal), en el cual según las características de la paciente, la medición de una hormona (PAPP-A) y un doppler en las arterias uterinas para determinar con que velocidad fluye la sangre por las mismas, o sea evaluar su resistencia, se puede predecir el riesgo de desarrollar Preeclampsia. De esta manera, se podrá realizar un seguimiento más estricto de la presión, de la placenta y del crecimiento del bebe en estas pacientes. La tasa de detección de este método es de 91% para preeclampsia temprana (antes de las 34 semanas), 79.4 % (34 a 37 semanas) y 60.9% (después de las 37 semanas).
Además, los controles periódicos son indispensables para asegurarse una buena evolución del embarazo. Las mamás deben saber que detectarla en forma temprana y seguir las indicaciones de su médico es fundamental para evitar complicaciones.
Es por eso que es primordial estar atenta a:
¿Se puede prevenir o controlar la preeclampsia?
Para prevenir la aparición de esta patología es indispensable detectar a las mujeres en riesgo antes de las 16 semanas de gestación, porque en ese momento la formación de la placenta no está completa. En esa etapa, la administración de aspirina a bajas dosis puede llegar a prevenir la aparición de la preeclampsia en un 80 %. Una vez que se manifiesta, el tratamiento para controlarla consiste en la administración de medicación para disminuir la presión arterial, sin embargo, la preeclampsia sólo puede curarse al desencadenarse el parto. Si el bebé cumple con ciertos criterios para decir que está preparado para nacer, es posible recurrir a una inducción del parto si las condiciones obstétricas lo permiten o incluso a una cesárea si los síntomas persisten. En caso en que aún no sea posible realizar el parto, se llevan a cabo tratamientos sintomáticos para evitar que surjan complicaciones y para asegurarse que el bebé madure. Pero, además, hay cuidados generales como el reposo, una nutrición equilibrada y controles prenatales más frecuentes para realizar el diagnóstico precoz y administrar el tratamiento indicado a fin de alcanzar el bienestar tan merecido como esperado para nuestras pacientes.
¿Qué riesgos hay con preeclampsia?
La complicación principal de esta enfermedad es que produce una alteración a nivel del tejido placentario que lleva a una disminución del aporte de flujo sanguíneo al bebé, aumentando las posibilidades de parto prematuro y restricción del crecimiento intrauterino.
Si en un embarazo tuve preeclampsia, ¿en los otros también? ¿Es hereditario?
Los antecedentes propios de la paciente y de los familiares juegan un rol relevante a la hora de detectar precozmente a las mujeres en riesgo, realizándoles un control obstétrico estricto en base a la detección de la hipertensión gestacional. Si desarrolló este cuadro en un embarazo previo no significa que, si o si, lo vaya a presentar en uno nuevo, pero hay que estar preparados para su aparición.