Mi esposo Carlos y yo escribimos estas líneas para agradecer principalmente al Dr. Pasqualini por haber hecho realidad nuestro sueño de formar una familia. Hace ya más de cinco años, en La Plata, comenzamos a buscar un embarazo. Luego de un año de intentarlo sin éxito, empezamos los estudios para averiguar qué pasaba. En el año 1997 concurrimos a la primera consulta con el Dr. Pasqualini. |
Durante el tiempo que estuvimos realizando distintos estudios, increíblemente y con la ayuda de Dios, logramos embarazarnos de manera natural en tres oportunidades. Pero nuestra alegría duraba muy poco, pues todos esos embarazos se interrumpían a las pocas semanas de comenzar. Luego de tres embarazos perdidos, el Dr. Martínez me aconsejó realizar una consulta hematológica con la Dra. Sarto, quién me indicó una serie de estudios. Estaba realizando el tratamiento prescripto por la Dra. Sarto cuando por cuarta vez nos embarazamos. ¡Por fin este embarazo culminó felizmente con el nacimiento por cesárea de nuestro hijo Facundo, el pasado lo de noviembre de 2000!
No tenemos palabras para trasmitir nuestra profunda emoción y felicidad desde que Facundo está con nosotros. Con sus tres meses y medio, todas las angustias y las dificultades que pasamos han quedado atrás. Disfrutamos de su presencia como un milagro de Dios que fue posible gracias a la rápida intervención y al seguimiento constante del equipo médico de Halitus.
Queremos agradecer al Dr. Pasqualini y a su equipo médico. Muy especialmente a la Dra. Sarto, a la nutricionista (Dra. Moicello) y al Dr. Martínez por el tiempo, la contención, la dedicación y el profesionalismo con que nos trataron durante el transcurso del embarazo. Tampoco nos olvidamos de la dulzura de la obstétrica Nelly Gago, que me acompañó en la cesárea que impecablemente realizó el Dr. Martínez, y con los que compartimos el mejor momento de nuestras vidas. Agradezco también al médico anestesista (cuyo nombre no recuerdo) que posibilitó que viviera, sin el más mínimo dolor, el nacimiento de nuestro hijo.
La vida es un milagro que nos sorprendió al culminar el año 2000 y nos enseñó que lo último que hay que perder es la esperanza. Confiando que estábamos en las mejores manos (no sólo en lo profesional sino también en el aspecto humano), era cuestión de seguir intentándolo, sin bajar los brazos. Y como nuestra familia aún no está completa, seguiremos confiando en Halitus para que Facundo pueda tener hermanos, y, quien dice, terminar formando una gran familia como siempre lo soñamos.
Finalmente, al personal de Halitus ¡MUCHAS, PERO MUCHISIMAS GRACIAS!!!!