En la Nación no existe un instrumento legal, que norme el que hacer con embriones congelados, abandonados por parejas. Destaca que un 27% de las parejas, las echa a un lado, no existen herramientas legales que digan que hacer.
Es importante señalar que los embriones que no son usados por las parejas tratamientos de fertilidad, quedan rezagados. Destaca que en los Estados Unidos, en un centro de donación de embriones, es el encargado de congelar los óvulos donados. En Argentina hay un vacio legal, y son las parejas junto al centro, quienes deciden que hacer con los óvulos.
En tal sentido expresan que la Ley de Fertilización Asistida, excluyó este importante aspecto. Con óvulos congelados, la Obra Social puede cubrir el gasto de 200 a 500 dólares, para parejas o investigación. No es el caso de todos, pero muchas parejas prefieren efectiar a donación de aquellos óvulos que no fuieron fecundados.
Para el director del Instituto Halitus, Sergio Pasqualini, recuerda que la Corte Interamericana, sentó posición al respecto. Dictaminaron que el status de personas se les otorga a los embriones, cuando el óvulo ya han sido implantados.
En la Nación, el tema es álgido, debido a que no existen respuestas concretas. Expertos mencionan que. Hoy se pueden efectuar donaciones, bajo protocolos estrictos o simplemente son descartados. Se pudo conocer que se han propuesto varios proyectos de Ley, pero no han pasado del recinto parlamentario.
Conocedores del tema, explicaron que el debate ético ha dificultado la toma de nuevas decisiones. La Vicepresidenta de la Sociedad de Medicina Reproductiva Stella Lancuba, resalta que debe existir un compromiso del estado. Sostiene que existen protocolos estrictos y se pueden donar y transferir óvulos, pero se requiere una normativa legal.
Resaltan que luego de cinco años de congelamiento, padres los abandonan, centros no tienen potestad para definir su destino.
Donar a otras familias
Un 37% respondió le gustaría donar los óvulos a otras parejas y 40% entregarlos para la investigación. Por tanto, queda relegado un 23% de indecisos, que no definen que se hará con los óvulos, allí radica la importancia de las regulaciones.