Cada vez es más común leer sobre parejas o solteros que por impedimentos propios no pueden ser padres naturalmente o por alguna técnica de fertilización asistida, pero que finalmente lo logran mediante un tratamiento de Gestación por Sustitución, también conocido como Vientre Subrogado.
Pero cuando el protagonista es un famoso, el tema recobra una mayor dimensión, como sucedió años atrás con Ricardo Fort o Florencia de la V. Ayer, y nada menos que en el día de su cumpleaños, Alejandro Marley anunció que será papá a los 47 años.
«Toda mi vida quise ser padre, lo encaré solo», contó Marley al programa Intrusos, y detalló que tendrá un varón a través de la subrogación de vientre. Emocionado, el conductor reveló que el bebé se llamará Mirko, en relación a la mujer que lo llevará en su panza, cuya nacionalidad es rusa.
Pero la acción que llevó adelante Marley no está regulada en el país. Hay un gran vacío legal sobre esta práctica que es cada vez más común y a la que lamentablemente solo una persona o pareja con amplios recursos económicos puede alcanzar, ya que debe trasladarse a otro país para lograrlo.
«En los estudios y anteproyectos de 2015, previos al nuevo Código Civil, estaba contemplada la maternidad subrogada. Pero por cuestiones políticas y religiosas fue descartado el artículo que indicaba claramente cuales debían ser los pasos legales para lograrla», afirmó a Infobae Carlos Massolo, asesor legal de la clínica de fertilidad Procrearte.
El proyecto de ley requería autorización judicial, que la madre subrogante sea mayor de edad y tuviera un hijo previo. Y que fundamentalmente se trate de un acto altruista y no pago. Pero todo quedó en la nada y volvimos a fojas cero y a que sea un tema tabú», detalló Massolo, quien explica que hoy en día el proceso en el país está limitado a una autorización judicial y donde la mujer que da a luz debe impugnar su propia maternidad a favor de los padres biológicos.
El doctor Fernando Neuspiller, director IVI Buenos Aires coincide con esa idea: «Lamentablemente muchos acceden a este tratamiento viajando a otros países donde existe una reglamentación clara. En Argentina, ni la ley de acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida N° 26.862 ni el nuevo Código Civil y Comercial mencionan la Gestación por Sustitución como un tratamiento de reproducción humana asistida».
Desde que el Juzgado Nacional en lo Civil N° 86 a cargo de la doctora María del Carmen Bacigalupo, en junio del 2013 decidió sobre el primer caso de gestación por sustitución realizado 100% en la ciudad de Buenos Aires, mucha agua corrió bajo el puente. En Argentina al menos 20 casos más se hicieron en el país, y en el mundo se realizan en Estados Unidos, Canadá, Ucrania, Rusia e Israel.
«La subrogación de útero se trata de una manifestación de voluntades donde una mujer lleva adelante un embarazo para otra persona o pareja. Se aplica como terapia para toda persona/s que deseen tener un hijo y que no tengan posibilidad de llevar adelante el embarazo, por ejemplo, un hombre, dos hombres, o en mujeres por ausencia del útero, por estar afectado o por riesgo de vida para llevar adelante un embarazo», explicó a Infobae Florencia Inciarte, coordinadora del programa de útero subrogado de Halitus Instituto Médico.
«En Halitus son los propios padres procreacionales quienes se presentan con su potencial portadora o mujer gestante, que suele ser conocida o familiar. En todos los casos se realiza una evaluación exhaustiva donde padres y portadoras son evaluados desde un abordaje interdisciplinario (clínico, psicológico y legal). Si alguno de los profesionales desaconseja avanzar, el procedimiento no se realiza», completó la doctora Fabiana Quaini, abogada especialista en derecho internacional de familia de la institución médica.
Sin embargo, y a pesar de la seriedad con la que se ha trabajado el tema en el mundo, sigue despertando detractores y genera debates. Pero no puede negarse el futuro a la ciencia. Incluso, posturas como las del Comité de Bioética de España, que dice querer promover a nivel internacional un marco común regulatorio que prohíba la celebración de contratos de gestación subrogada so pretexto de hacerlo «en garantía de la dignidad de la mujer y del niño», tiene una crónica anunciada que es el fracaso.
Cada país regula la gestación por sustitución ya sea por leyes, como Ucrania y Rusia, ya sea por estatutos o bien por casos de jurisprudencia que van aconteciendo y sentando precedentes como Estados Unidos, Canadá y Argentina. De hecho, España reconoce las sentencias de Estados Unidos o de Canadá reconociendo a esos niños nacidos por estas prácticas en dicho país, así como las gestaciones que se hacen en Ucrania a través de la figura de la adopción.
Y sobre el tema de la adopción, un camino más para ser padre, Marley también sentó su posición respecto a la dificultad que existe en la Argentina para adoptar: «El proceso de adopción es muy complicado y las leyes tienen que cambiar; el proceso de subrogación tampoco es sencillo», indicó.
Una tendencia que crece
Debido a la creciente demanda de vientres subrogados, en agosto de 2016 se presentó un proyecto de ley cuyo objetivo es regular el alcance, los derechos y las relaciones jurídicas de la gestación por sustitución y su proceso judicial.
La mayoría de los casos presentados se judicializaron luego del nacimiento del niño o durante el embarazo, momento en que surge el principal inconveniente, ya que según el Código Civil y Comercial madre es quien da a luz.
«Los pasos siguientes son los que dan inicio a un proceso judicial extenso y complejo en donde se debe demostrar que la mujer que gestó al bebé no es la madre. Sin embargo, existe otra forma de llevar a cabo la Gestación por Sustitución sin padecer la espera a la autorización judicial para poder ser padres legalmente», precisó Neuspiller.
Y agregó: «Para evitar llegar a esa instancia, recomendamos que todas las acciones legales se realicen previamente a iniciar el tratamiento, presentando ante un juez los consentimientos previos, informados y libres firmados por las 3 partes en cuestión, donde se establezca que la mujer que gestará al bebé solo está prestando su vientre y que los padres son los que tienen la voluntad procreacional. En el caso de una pareja de varones también necesitarán de una donante de óvulos que no podrá ser la gestante del bebé. La finalidad de presentar toda la documentación antes de iniciar el tratamiento es asegurarse que al momento del nacimiento quede claro quiénes son los padres legales».
Para Neuspiller, la elección de la mujer que gestará al bebé durante todo el embarazo no es un tema menor. «Con el fin de evitar una posible comercialización, creo que la subrogante debe ser una mujer con la que se compartan lazos afectivos», dijo el médico especialista en Reproducción Asistida, y consideró que la gestación por sustitución les da una posibilidad a aquellas personas que no han logrado ser padres mediante otros tratamientos.
«Estoy a favor de su realización siempre y cuando solo se proceda por indicación médica. Es importante que los pacientes sepan que pueden optar por este tratamiento en Argentina y acompañar a la subrogante durante todo el embarazo en lugar de seguirlo a la distancia», concluyó.
Un largo camino recorrido para ser padre
Después del anuncio, horas más tarde, Marley visitó el magazine de Verónica Lozano, Cortá por Lozano, donde detalló el largo camino que recorrió para vivir esta nueva experiencia, en el largo proceso de búsqueda de la donante.
«No es algo que se da livianamente, en primera instancia había elegido a una chica de Estados Unidos pero no se dio, por eso siempre digo que esto fue un proceso muy largo (…) ahí sentí lo mismo que otros padres que buscan tener un hijo, yo siempre creo en el destino y cuando me vuelven a dar otras opciones, encuentro a una chica de Rusia y vi la historia de la familia y sentí que era ella (…) hablamos por Skype, nos conocimos, es una persona súper simpática y hermosa, fue muy lindo», recordó el conductor.
«Ella también es un amor de persona, con una energía muy positiva y me cuenta todo lo que le pasa y me informa todo lo que le dice el médico», detalló Marley al hablar de la madre subrogante, una mujer que vive en Estados Unidos y espera la fecha del 8 de noviembre próximo para dar a luz en una clínica de Wisconsin.
«Voy a estar ahí y voy a presenciar el parto», afirmó Marley conmovido.
El abordaje psicológico
La subrogación de útero es una práctica que ha permitido acceder al deseo de un hijo a las parejas igualitarias masculinas, a hombres solos, y a muchas mujeres que, habiendo sufrido intervenciones quirúrgicas, tratamientos de quimioterapia, algún síndrome genético, nunca tuvieron o perdieron en algún momento la capacidad gestacional.
«¿Por qué alentamos esta práctica? Porque creemos que la subrogación es posible en términos biológicos y/u orgánicos y no de roles o funciones. La subrogación refiere a la sustitución de un órgano, el útero, en tanto que la función materna sólo puede ser ejercida por quién más allá del órgano sea habitada por el deseo de un hijo», explicó a Infobae la licenciada Patricia Martínez psicóloga especialista en fertilidad de Halitus.
«Entonces, una mujer que decide ofrecer su vientre para ayudar a una familia, no desea ser mamá, sino que ofrece su órgano para que otros puedan serlo», completó y coincidió con la visión de Massolo quien se preguntó «¿Por qué se puede donar un órgano y no se puede prestar el útero por nueve meses?
Según la especialista, esta práctica representa diferentes cosas para una pareja homosexual o un hombre solo, que para una pareja heterosexual. La pareja de varones encuentra en la subrogación una posibilidad novedosa e inimaginada. El escenario es bien distinto, mientras que en las parejas heterosexuales la subrogación es reparación de una falta, es decir viene a continuación de un duelo, en las parejas homosexuales la subrogación es habilitante e inaugural.
Martínez detalló que el psicólogo trabaja en los casos de Útero Portador en tres planos o esferas:
En la esfera subrogante (con los padres) escuchando, acompañando y conteniendo. Situando en este contexto al deseo como la voluntad procreacional que habilita a alguien para la maternidad y la paternidad.
En la esfera Subrogada, la escucha se dirige a la portadora tratando de situar cuál será el impacto a nivel emocional para esta mujer que llevará en su vientre al hijo de otra. Del lado de los padres, se evalúa el desajuste emocional producido por el diagnóstico de infertilidad y/o el desarrollo de psicopatología si la hubiere con la consecuente indicación terapeútica. También se analizan y registran los aspectos positivos de la personalidad de la portadora que facilitan la subrogación, y los aspectos negativos o debilidades que la pueden obstaculizar.
Y la esfera familiar está orientada a preparar y acompañar a los padres en la transmisión de la verdad genética al niño. Ya sea subrogancia con o sin donación de gametas, la historia de la gestación y la prehistoria genética es una verdad que el niño tiene derecho a conocer por que a partir de estas coordenadas se construirá la identidad del sujeto.
«La subrogación es posible y es real, pero convoca no sólo al saber profesional y a la ética de médicos, psicólogos, abogados, etc, si no por sobre todo a la ética humana de aquellos que deciden arribar a la paternidad, respetando el derecho a la verdad y a la identidad del niño por nacer», finalizó Martínez.
http://www.infobae.com/salud/ciencia/2017/06/04/marley-papa-y-el-boom-de-los-vientres-en-alquiler/